Capítulo 25: Sintiéndome miserable

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Flavio

Me sirvo un vaso de whisky y me lo bebo de un solo trago sintiendo el ardor en mi garganta, quiero gritar, quiero morir, tal vez sea la única manera de dejar de sentirme tan miserable.

Soy el peor ser sobre esta tierra, he lastimado lo que debí haber amado y protegido,he perdido a mi familia, por mi culpa murió mi hijo, por mi culpa mis otros hijos han sido miserables casi toda su vida, por mi culpa casi matan a mi otro hijo, por mi maldita culpa mi mujer no es ni la sombra de lo que era hace unos años, antes de que me convirtiera en este monstruo que no se detuvo hasta no destruir todo a su paso... Soy un maldito bastardo que además de todo es un cobarde que se ha alejado de su familia, que no es capaz de enfrentarlos y arrodillarse ante ellos para implorar su perdón.

Hoy hace siete años que perdí a uno de mis hijos, y no hay día en que no me haya culpado en que no haya estado en paz con mi conciencia.

Después de asegurarme que Santino estaba fuera de peligro he decidido irme lejos de ellos, tengo gente cuidándolos, pero no me he vuelto ha acercar, no he podido hacerlo, no tengo cara para mirarlos, no merezco ni un poco de compasión de su parte.

Ya me he encargado de los que se hacían llamar mis padres, les he dejado en la calle con solo una llamada, cuando vi las investigaciones no podía creer que tan ciego había estado todos estos años, esas personas no eran más que unos corruptos que conseguían lo que querían por medio de sobornos. Los he desprestigiados, pero eso no me bastaba, necesitaba más, quería hacerles pagar, no podía mandarlos a la cárcel por su edad avanzada, pero me encargue de que nadie los ayude, nadie se le acercará si no quieren terminar igual que ellos. Lo peor que puedes hacerle a personas como ellos es quitarles su poder y arruinar su reputación, y es lo que he hecho, aunque no me sienta no un poco satisfecho.

El tipo que se hizo pasar por amante de mi mujer años atrás me ha dicho todo lo que ya sabía por mi cuñado, es un maldito cobarde que después de unos cuantos golpes termino confesando todo y pidiendo piedad. Nadie tuvo piedad cuando me mintieron en la cara y terminé lastimando a mi familia.

Ahora mismo me estoy encargando de Carlos Martini y de su padre, quien fue mi socio y amigo durante años.

Después de enfrentarlos podré dejar a mi familia tranquilos, podrán recuperar esa felicidad que le arrebate.

Carlos Martini no es cualquier tipo, se encargo de utilizar el poder que le había dado y de aprovechar cada minuto que tenia para arruinarme. No me interesa nada, pero no pienso permitir que se meta con mi familia, tiene un trato con un maldito mafioso, y según lo que hemos investigado con mi cuñado mi cabeza tiene precio, y además esta detrás del atentado de mi hijo.

Quiero matarlo con mis propias manos porque por culpa de su maldita ambición casi pierdo a mi hijo.

No siquiera termino de entender el porqué quería herirlo si en mis momentos de estupidez le deje en claro que iba a desheredar a Santino y también hice otras cosas en contra de mi hijo que dejaban en evidencia que no era la persona que me iba a reemplazar en su momento... Lo odia y ni siquiera se el verdadero motivo.

Lo único que se es que en estoy por desenmascararlos y todo el mundo sabrá la basura que son.

-¿Estás seguro de esto?-pregunta Alonzo entrando a mi oficina.

-Lo estoy, necesito acabar con esto de una vez por todas y dejarles el camino libre a mi familia para que puedan vivir en paz.-le digo al tiempo que me levanto de la silla y comienzo a recoger los papeles que están esparcidos por todo mi escritorio.

-¿Sabes que cuando sepan que ya estas enterado de todo atacaran y no te dejaran en paz hasta verte muerto?-pregunta y hasta podría decir que esta preocupado por mi bienestar, no es lo que merezco, no después de haber hecho miserable a su hermana y sobrinos.

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