Santino
Inevitablemente mi vista se dirige hacia la entrada más veces de las que quisiera reconocer. Estamos todos reunidos, se supone mi oadre vendría, así me lo prometió, pero no debí ser tan ingenuo al creerle. Era lo que en el fondo me esperaba, que hiciera algo que me volviera a romper las ilusiones de que nuestra relación pudiera funcionar... creí que en verdad estaba arrepentido y que quería recuperarnos, pero sus acciones una vez más dejan en claro que no es así.
-¿Todo bien?-pregunta mi muñeca cuando se sienta a mi lado.
-Si,¿Vos estas mejor?-le pregunto sin poder evitar que mi preocupación salga a flote, pero es que todas las mañanas le atacan las náuseas matutinas y no me gusta verla tan pálida y devolviendo lo que haya logrado ingerir.
-Estoy bien, cariño.-aseguro regalandome uns sonrisa que devuelvo de la misma manera.-Ya sabes que es normal que tengas náuseas, solo duran el primer trimestre, o al menos eso espero.-me dice arrugando sus frente.
-No tendremos más hijos, no me gusta verte mal.-digo negandome a la idea de volver a hacerle pasar por esto.
-Eso lo veremos.-dice soltando una carcajada por lo que acabo de decir, ¿Qué es lo gracioso?
-¿Acaso quieres más hijos?-pregunto curioso. Obviamente me había imaginado tener al menos dos hijos, pero me preocupa que ella sufra.
-Claro que si, ¿Acaso tú no quieres tener más hijos conmigo?-pregunta poniéndose seria.
-Por supuesto que quiero tener muchos hijos con vos, pero no creí que seria tan agotador para ti.-confieso.
-Muñeco no soy ni la primera ni la última que tenga estos síntomas durante el embarazo, además no me quejo, no si esto me permite traer al mundo al fruto de nuestro amor, de tener a nuestro hijo entre mis brazos, si esto me da el honor de ser madre.-me dice y sus palabras solo me hacen sentir un tonto. Por supuesto que es algo maravilloso el que vayamos a ser padres, es solo que yo temo que algo escape de mis manos y mi familia salga lastimada.
-Lo siento, cariño.- me disculpo al tiempo que pongo mi mano sobre su pierna y la aprieto con suavidad.-No quiero que pienses que no quiero tener hijos contigo, ni que no espero la llegada de nuestro hijo con ansias, es solo que me preocupo por ustedes.-le aclaro.
-Lo sé, pero no hay nada de lo que debas preocuparte.-me responde con dulzura y voy a decir algo, pero la maldición de mi tío interrumpe mis palabras.
-¿Qué sucede?-pregunto desviando mi mirada hacia donde se encuentra con mi mamá.
-Es Flavio.-dice negando con la cabeza y siento como algo se rompe en mi interior, miles de escenarios aparecen en mi mente y temo preguntar a que se refiere.
-¿Qué pasa con Flavio?-pregunta mi madre al tiempo que se levanta y se que esta preocupada después de todo nunca ha dejado de amarlo.
-Esta siendo trasladado a la clinica, pero no saben si va a aguantar todo el viaje, estaba en una de sus casas fuera de la ciudad.-explica provocando que sienta como mi respiración se atasca.
-No... no puede ser, ¿Qué hacia allí? Se supone que debía reunirse con nosotros... ¿Qué clase de herida?-pregunto preocupado con ganas de salir corriendo hacia cualquier parte, necesito verlo, esto tiene que ser una maldita pesadilla.
-Solo mencionaron que fue herido, y que los médicos que vienen con él en la ambulancia están haciendo todo lo que pueden, pero no cuentan con los aparatos necesarios como para hacer mucho.-explica mirándonos a mi madre y a mi.
-¿Qué debemos hacer? ¿En qué clínica lo van a trasladar? ¿Cómo es que mi padre fue herido?-pregunto aunque se que no tiene las respuestas, pero es algo que no puedo evitar.
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Mi muñeca
Romance4°Libro de la Saga Amores Verdaderos Santino Bianco, pareciera el típico chico malo sin sentimientos, pero esto solo es una coraza que se ha construido a lo largo de los años para protegerse de todos, en especial de Flavio Bianco, su padre. Pía Ferr...