Pía
Aun no puedo olvidar mi arrebato con Santino, se suponía que debía mantenerlo alejado de mi vida, pero eso cambió cuando leí su mensaje la noche anterior, saberlo en esa situación me hizo darme cuenta de que él Adonis no era uno más en mi vida...
No se bien que estoy haciendo, pero por una vez en mi vida quiero arriesgarme a sentir, y solo el tiempo dirá si me equivoco o si fue la mejor decisión que tome.
He quedado con Santino, necesito salir de casa sin que mis hermanos lo sepan, no quiero que empiecen a hurgar y esto se vaya al demonio antes de que empiece.
Quiero hablar con Santino, quiero dejar todo claro, y también que sepa que estaré para él en estos momentos, no debe ser nada fácil su situación.
Una idea llega a mi mente e inmediatamente me levanto de mi cama para correr hacia la salida de mi habitación y empezar a buscar a mi cuñada por la casa.
Después de unos minutos logró encontrarla en la sala perdida en sus pensamientos, y agradezco que mi hermano no se encuentre a su lado.
-Andrea...-le hablo provocando que salte en su lugar para seguidamente mirarme asustada.-No quería asustarte.-susurro apenada.
-No hay problema.-dice restandole importancia. -¿Qué pasa?-pregunta al tiempo que me indica que me siente junto a ella y así lo hago.
-Yo... quería pedirte un favor, ... no hace falta que digas que si, solo...-Le digo apresuradamente.
-Tranquila, puedes pedirme lo que sea, y si esta en mis manos te ayudare con gusto.-asegura con una sonrisa sincera.
-Yo... quiero verme con Santino, pero sin que mis hermanos lo sepan.-confieso provocando que abra sus ojos como plato.
-¿Santino? ¿Desde cuando se tratan?-pregunta sorprendida.
-No somos nada, apenas estamos empezando y me gustaría pasar tiempo con él para conocernos mejor... y también quiero apoyarlo en estos momentos que está atravesando por momentos complicados.-le cuento teniendo la esperanza de que me ayudará.
-Entiendo. ¿En donde se verán?-pregunta curiosa.
-No lo se... pensaba en ... bueno, en realidad no lo había pensado.-susurro sintiéndome tonta por no haberlo pensado antes.
-¡Hey! Puedes hablarlo con él, pueden verse en un lugar en donde pueden hablar tranquilos.-me dice pensativa.-Bien, te cubriré, pero con una condición.-me dice a lo que asiento de inmediato.
-¿Qué condición?-pregunto ansiosa.
-No iras sola, te llevará Franco, confío en él y se que se encargará de tu seguridad, y... ya se donde pueden verse así que habla con tu chico mientras yo hablo con el guardaespaldas.-me dice al tiempo que se levanta.
-Gracias... y no es mi chico.-murmuró lo último sintiendo mis mejillas sonrojadas.
-Claro, cuñada.-me dice divertida para después salir de la sala dejándome con la palabra en la boca.
***
Mis manos tiemblan por la mezcla de ansiedad y adrenalina al saber que me voy a escapar por primera vez. Mi cuñada ha dicho que esta todo listo, que se encargará de Dante y confirmamos que Donato se quedará en casa de Lía.El guardaespaldas, amigo de mi cuñada me llevará hasta la casa de Lía para recoger a Santino y de ahí llevarnos a un departamento que mi hermano mayor tiene a unos 20 minutos de aquí.
No me gusta hacer cosas a espaldas de mis hermanos, pero tampoco quiero hablar con ellos hasta que no sepa que tab serio es esto.
El ruido de la puerta me hace levantarme asustada de la cama.
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Mi muñeca
Lãng mạn4°Libro de la Saga Amores Verdaderos Santino Bianco, pareciera el típico chico malo sin sentimientos, pero esto solo es una coraza que se ha construido a lo largo de los años para protegerse de todos, en especial de Flavio Bianco, su padre. Pía Ferr...