-Bien, ahora, ¿qué hacemos?-
-Pues jugar, ¿qué más?-
-¡AAAH SÍ! ¡¡Vamos chicos, por algo estamos en el parque!!-
Y así, aquel trío de niños se fueron a divertir en el arenero.
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UNA HISTORIA DE SABITO Y GIYŪ TOMIOKA X LECTORA FEMENINA.
Distintas...
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Habían pasado semanas desde que la chica había cumplido 14 años.
Todo iba bien en su vida escolar como vida social, aunque ahora casi no salía con demás gente que no fueran sus mejores amigos Sabito y Giyu.
Sin embargo, había pasado toda la tarde pensando en algo.
--Ellos... ellos se portan diferente cuando están conmigo.-- dijo mientras se recostaba en su cama, quedando boca arriba.
--Pero, supongo es por la confianza. No puede haber algo más de intermedio, ¿cierto?-- se cuestionó a sí misma con un leve sonrojo en sus mejillas.
--¿Tú que opinas, señor Michi?-- preguntó a su peluche en forma de gatito.
Era aquel peluche de gato que hace dos años le había regalado su mejor amigo Sabito.
La chica recordó todo lo sucedido, abrió sus ojos [color de ojos] como platos y el calor se apoderó de su cuerpo.
Después de esa confesión repentina, nadie volvió a tocar el tema, y Giyu no se había enterado; pero no hubo momento en el que ella no pensara acerca de eso.
--Y-Yo... yo no iba a rechazarlo... pero tampoco podría aceptarlo... ¡¡no sé ni que quiero en mi futuro!!-- dijo abrazando con fuerza su peluche y girándose rápidamente.
--Esto es tan confuso. Cuando estoy con ambos soy otra persona, puedo ser yo misma. Hemos pasado tantas cosas juntos, pero jamás había pensado en ellos de otra forma que no fueran amigos... aunque... a veces, siento las dichosas "mariposas en el estómago" que los enamorados sienten. Me sonrojo cuando se me acercan... ¡¡pero eso me pasa con ambos!! Maldición, son tan lindos y apuestos que no puedo tener preferencia...-- pensó mientras miraba astral la pared.
Pronto entró a la habitación su madre, mirándola ahí, viendo fijamente la pared sin alguna emoción.
--Oh dios mío, cualquier persona que te viera, diría estás muerta.-- interrumpió aquel viaje astral de la fémina.
--¡¡MAMÁ, TOCA ANTES DE ENTRAR!!-- reprochó la fémina saliendo de su trance, mirándola molesta.
--Que exagerada. Soy tu madre y puedo entrar si quiero y cuando quiera. Además, ¡sí toqué pero estabas pensando en no sé que, que ni caso me hiciste!-- replicó su madre dejando sobre la cama una cesta con ropa limpia.
--Ah... lo siento. Estaba ocupada reflexionando de la vida.-- respondió la de cabellos [Color de cabello] sentándose sobre su cama para comenzar a sacar la ropa limpia de aquella cesta y doblarla.
--Ay no, la adolescencia comienza a afectarte. En fin, continúa reflexionando, me voy.-- dijo su progenitora; tras esto, se fue.
--Será que... ¿siento algo más que amistad por ellos?-- pensó y continuó doblando la ropa, inconscientemente quedando en otro trance.
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