Finalmente, el gran día había llegado.
El día en que los resultados de la selección final se darían.
[Nanami Sazaki]
—¿No estás emocionada?— preguntó una chica de peculiar aspecto a la que iba de acompañante.
[T/N Sugawara]
—Claro que lo estoy, ya es el último día y tenemos que sobrevivir para esto, recuerda: nos veremos en el camino de glicinias en cuanto pase una hora después del amanecer.— dijiste sonriente.
—Claro, ¡nos vemos! Y suerte, hermana.— te dijo la chica mirándote con una sonrisa sincera.
Pronto ambas se separaron y se fueron por distintos caminos.
—A pesar de no compartir sangre... ella es como mi hermana, Nanami, sobrevive, por favor.— dijiste en voz baja mientras te retirabas hacia otro lugar.
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Finalmente la noche cayó, los demonios salieron de sus escondites rápido y acechaban amenazantes; como los otros días que habían pasado antes, no tuviste dificultad alguna para terminar con la mayoría de esos seres sanguinarios.
—Respiración de [tu respiración], primera postura: [...]— dijiste mientras empuñabas tu katana con fuerza.
—¡Aléjate de mí! ¡NO!— gritó el demonio con tal volumen que casi te quedas sorda.
Después de cortarle la cabeza, una lágrima salió de tu ojo y miraste al demonio irse en forma de cenizas. —Lo siento, pero era lo mejor. Espero que renazcas como un humano.—
—¡Cállate! ¡No necesito tus sucios lamentos! ¡¡Ningún humano ha sentido empatía por mí, j-jamás!!— dijo el demonio con sus últimas fuerzas mientras fuertes lágrimas recorrían sus frías mejillas, poco después no quedó nada de él.
Suspiraste y enfundaste tu katana pero sin dejar de estar en alerta, retirándote de ahí para seguir buscando más demonios y salir de aquel bosque.
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Las horas pasaron y te encontraste con más demonios de distintos tipos, arrogantes, amables, depresivos, tal y como la viva diversidad de humanos, había una variedad de demonios, algunos débiles y otros que te dieron pelea; no saliste ilesa lamentablemente.
Tomaste un descanso y te acercaste a un árbol en la lejanía, era un lugar tranquilo para comer y cerrar los ojos felizmente un rato.
—Ah...— suspiraste cansada, luego sacaste un onigiri envuelto en una tela bajo tu haori y te dispusiste a comerlo. —Por fin un descanso, 7 días aquí y solo he comido tres veces, con esta cuatro.—
Comenzaste a comer de a mordiditas tu alimento, disfrutando los sabores y nada más, hasta que escuchaste unos ruidos, rápidamente sacaste tu vasija portátil con agua y diste un trago para nuevamente colgarla en tu cinturón y desenfundar tu katana.
—¿Quién anda ahí?— preguntaste nerviosa.
—¡No s-soy un demonio!— salió un chico de cabellos azabache de tu misma edad de entre unos arbustos.
—¿Qué hacías allí?— preguntaste suspirando aliviada, enfundando tu katana de nuevo.
—Me escondí... soy un cobarde, mi amigo... mi amigo... él.... él... él hizo algo por mí que jamás olvidaré.— dijo con dificultad mientras la nariz se le ponía roja y pequeñas lágrimas salían de sus ojos. No hizo falta decir la palabra para que entendieras qué pasó.
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𝐌𝐢𝐬 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨𝐬, 𝐌𝐞𝐥𝐨𝐜𝐨𝐭ó𝐧 𝐲 𝐔𝐯𝐚. SABITO Y GIYUU x LECTORA.
Fanfiction-Bien, ahora, ¿qué hacemos?- -Pues jugar, ¿qué más?- -¡AAAH SÍ! ¡¡Vamos chicos, por algo estamos en el parque!!- Y así, aquel trío de niños se fueron a divertir en el arenero. 🧨 UNA HISTORIA DE SABITO Y GIYŪ TOMIOKA X LECTORA FEMENINA. Distintas...