あなたのために:Para ti, Keisuke Baji (Completa </3)

20: Avellana

–¡Por fin tengo a alguien con quién hablar de Shojo y Josei! –Salté a abrazarlo.

El se sonrojó más.

–Okey, vamos por los mangas, se los prestaré a ambos.

Ellos me siguieron a la habitación.

Estaban avergonzados por entrar al cuarto de una chica.

Sigo sin entender por qué.

–Pasen... –Abrí la puerta.

–Wow... –Chifuyu observaba mi cuarto.

–¡Vayan! ¡Ataquen los mangas! –Exclamé, señalando las repisas, únicamente siendo ocupadas por estos libros.

Ambos se encaminaron al sector que les dije.

–¡Pero si tienes cientos! –Exclamó Chifuyu.

Asentí.

–¿Crees que me puedas prestar este también? –Chifuyu señaló uno de Lovely Complex.

–Claro que sí, llévate todos los que quieras. –Le sonreí.

–¡Gracias Hanako-san! –Exclamó sonriendo ilusionado.

Baji tomaba unos cuatro o cinco mangas.

–Me llevaré estos. 

–No, no, no señorito. Conoces las reglas. Tienes que devolverme los de Fullmetal Alchemist que te presté hace dos semanas. Solo puedes llevarte uno. –Negué con la cabeza.

–¡Por favor Hanako! ¡Te juro que hago lo que quieras! –Exclamó Keisuke casi en el suelo rogándome.

Dudé un segundo.

–Mmmh.. Bueno, si me compras el almuerzo toda la próxima semana, y me devuelves los mangas mañana.. Puedes llevártelos. 

–¡¿Enserio?! ¡¡Muchas gracias Hanako, lo haré!! –Exclamó, abrazando los mangas cómo si fueran el mayor tesoro que había encontrado en su vida.

Finalmente, nos dirigimos a casa de Chifuyu.

–¡Mamá! ¡Ya llegué! –Chifuyu exclamó al entrar a la casa.

–¡Bienvenido hijo! Has visto mi- Oh, viniste con visitas. –La mujer nos sonrió al vernos a mí y a Keisuke.

–Buenas tardes, señora Matsuno, sentimos la molestia. –Yo y Keisuke hicimos una reverencia.

–No es ninguna molestia niños, me alegra que vengan. ¡Adelante! –Nos abrió el paso.

–Con permiso..

–¡Chifuyu! ¿Y esos mangas? –La mujer miró curiosa a su hijo, al verlos reposando debajo de su brazo.

–Hanako-san me los prestó, tiene muchísimos. –Dijo Chifuyu emocionado.

–Oh, Gracias linda por prestarle a mi hijo esos mangas. 

–No es nada, tengo bastantes, y la mayoría ya los terminé, así que no tengo problema en prestarlos.

Luego de eso, fuimos a la habitación de Chifuyu, y vimos una película.

Luego cada uno se fue a su casa.

(Excepto Chifuyu por obvias razones)