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–Buenos días. –Saludé a la recepcionista, cuando entré en el hospital infantil.

Ella rodó los ojos y suspiró.

–Tu otra vez.. ¿Quieres ver a tu prima? –Dijo, observándome con desinterés.

–Primero que nada, mi nombre no es "Tú" Mi nombre es Hanako. Puedes llamarme así si quieres. ¿Cual es tu nombre? –Le dije, apoyándome en la barra.

Ni siquiera se molestó en hablarme, solo mostró la etiqueta que tenía enganchada en la bata rosa.

–¿Umeko Yamazaki? –Pregunté leyendo.

Ella hizo un gesto de asentimiento.

–Bueno, Umeko-san..

–Yamazaki. Yamazaki para ti. Solo mis amigos me llaman por mi nombre de pila. –Me observó.

Bufé.

–Que seria eres. –Dije.

Ella suspiró.

–¿Quieres ver a Himari o no? 

–¡Si, si! –Exclamé.

–Entonces anda, ¡Ya, ya! ¡Vete! –Hizo un ademán con las manos para que corriera.

Yo me dirigí a la habitación de Himari.

Toqué un par de veces la puerta.

–Adelante.. –Se escuchó la voz de la pequeña al otro lado.

Abrí la puerta lentamente.

–¡Oh! ¡Hanako-san! –Exclamó, sonriendo.

–¡Hola! Te dije que vendría, siento haber tardado.. –Susurré.

–No pasa nada, tranquila. –Me sonrió, restándole importancia.

Entré a la habitación.

–Con permiso.. 

Me senté al borde de la cama como siempre.

Ella me observaba con las mejillas un poco rosadas.

–Oye... –Susurró.

–Mmh? 

–T-tu crees, que podamos hablar.. ¿Del bebé? –Dijo, llevando las manos a su vientre.

Asentí repetidas veces.

–¡Por supuesto que sí! Podemos hablar de lo que quieras.

–Bueno... Hicimos todo lo necesario, y me dijeron que es un embarazo arriesgado. Pero..  quiero al bebé. –Susurró.

Asentí.

–Tienes todo mi apoyo, pero debes estar segura... Eres muy pequeña, y es bastante peligroso dar a luz a tan corta edad. –Dije.

–Lo sé.. Pero, aunque quisiera, ya es muy tarde. No puedo abortar ahora.

–¿Cuántos meses tiene?

–Cuatro.. Ya es demasiado arriesgado. Pero repito.. Lo quiero. 

Sonreí.

–Te ayudaré en lo que pueda, Himari-chan. 

Ella sonrió.

–Gracias.. Enserio lo quiero.. Quiero tenerlo. –Dijo con lagrimas en los ojos.

–Pero.. ¿Por qué lloras? –Me acerqué a ella.

–E-esque... Tengo miedo. –Susurró. 

Era obvio que tenía miedo.

Literalmente iba a dar a luz.

Iba a tener un hijo, y criarlo estaba en sus planes.

¿Cómo? No lo sabía.

¿Dónde? Tampoco.

Pero ella estaba segura que tendría a ese hijo.

La abracé con fuerza.

–No tienes porqué asustarte, Himari-chan. Todo saldrá bien. Solo hay que echarle ganas. –Retiré las lagrimas de sus mejillas.

Ella asintió, y sonrió.

–Oh, por cierto, tengo unos amigos que quieren conocerte. Son de extrema confianza. Obviamente si no quieres que les cuente, no tendré problema. 

Ella me observaba.

Lo pensó un segundo.

Y asintió.

–Sí, puedes contarles. Si quieren pueden venir algún día... –Sonrió.

–¡Fantástico! –Exclamé.

Ella sonrió.

–¿Quieres dulces? 

–¡¿Aún te quedan?! –Exclamé, sorprendida.

Por lo general yo me comía todos los dulces en un par de horas o minutos.

Asintió.

–Quiero que me cuentes sobre esos amigos, tuyos. No se mucho sobre tí.

Asentí.

Llevándome un Marshmallow a la boca.

.

.

.

.

–Tienes que venir con Baji-kun y Chifuyu-kun alguna vez, Hanako-san.

Asentí, sonriendo.

–Bien, me tengo que ir, fue un placer verte nuevamente, Himari-chan.

–Igualmente, Hanako-san.

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あなたのために:Para ti, Keisuke Baji (Completa </3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora