-Eres la razón por la que vivo, Keisuke...
Advertencias:
Narración en primera persona!
Suicidio, violencia, lenguaje inapropiado, violencia intrafamiliar, muerte, autolesión, temas sensibles en general...
las imágenes las saqué de Pinterest...
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Ese día miércoles, cubrí mis heridas con el maquillaje.
Ya se estaba acabando..
Debería comprar más.
Decidí no ir a la escuela aquel día.
Le avisé a Keisuke y a Chifuyu, para que después no se preocuparan y fueran a buscarme.
Fui a una tienda cercana a comprar una gran variedad de dulces, y me dirigí al hospital infantil, a preguntar si aquella niña estaba allí.
Entré en el establecimiento, esperanzada.
–Buenos días, ¿En que puedo ayudarla? –La recepcionista quitó la vista de la computadora y me observó.
Tenía el cabello negro recogido en un moño, ojos verdes grisáceos, y brackets de color menta. Creo que tendría unos 21 o 22 años.
Masticaba un chicle de fresa, y lo reventó.
–¡Sí! Quería saber de una niña que llegó ayer. –Comenté estúpidamente.
La mujer volvió a escribir en la computadora.
–Hay muchas niñas que llegaron ayer, señorita.
–La que salió en las noticias, ya sabe, la que.. –La mujer no me dejó terminar.
–Esos jodidos noticieros, no saben cerrar la boca. ¿No saben que alguien realmente está pasando por esas cosas?–Gruñó.
–Bueno, entonces... ¿Sabe donde está?
–Aunque lo supiera, y lo sé.. No puedo decírtelo, ya que solo familiares pueden pasar a verla. No es una escultura para admirar. Es una niña que ha sufrido mucho.
–¡No! Yo.. Sé... Perfectamente que es duro. –Susurré lo último.
–No importa si lo sabes o no, es un ser humano y necesita privacidad. Además hay más gente esperando detrás de ti. Te agradecería que si eso es todo, te retires.
Dudé por lo que iba a hacer.
Una parte de mi quería romperle la cara a esa mujer..
Pero era obvio que no sabía nada de mí, y solo estaba haciendo su trabajo.
Y la otra parte quería utilizar la vieja confiable.
Suspiré y exclamé.
–¡Soy su prima! –Puse las manos en el mesón bruscamente, sobresaltando a la chica.
–Ajá ajá, Y yo soy Sailor Moon. Créame que no es la primera persona ni será la última que usa esa estúpida mentira para colarse en habitaciones de niños y hacerles daño.
Fruncí el ceño.
–¿Usted insinúa que yo podría hacerle daño a una niña?
–Que sea mujer no significa que se salva de la regla de ser una violadora, pedófila, secuestradora, agresora o incluso asesina, señorita.
