-Eres la razón por la que vivo, Keisuke...
Advertencias:
Narración en primera persona!
Suicidio, violencia, lenguaje inapropiado, violencia intrafamiliar, muerte, autolesión, temas sensibles en general...
las imágenes las saqué de Pinterest...
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Al salir de clases,
Decidí ir a un parque cercano.
Intentaba estar la mayor parte del tiempo fuera.
A papá podrían venirle esos "Arranques" En cualquier momento.
Me senté en uno de los columpios, y observé a la nada un buen rato.
Comencé a lagrimear.
En ese momento, vi a Keisuke junto con 3 personas más.
Una era una chica de largos cabellos rubios.
Un chico rubio cenizo, y otro más un poco mayor, de cabello negro.
No quería que me vieran en esa situación, así que salí corriendo.
Hubiera jurado que Keisuke me logró ver, pero espero que no haya sido así.
Llegué a casa, con la esperanza de que no hubiera nadie.
–¡Ya volví! –Exclamé. Papá también se enojaba si no saludaba adecuadamente.
Nadie respondió.
Suspiré.
Estaba sola en casa.
Busqué algo de comida en el refrigerador y me encerré en mi cuarto sin disposición a salir.
Tomé el control de la tele que tenía en mi cuarto, y la prendí.
Eran cosas aburridas.
Tampoco es que me importara tanto...
Pero..
Por alguna razón, odiaba el silencio.
Los lugares silenciosos me aterraban, así que necesitaba algo sonando.
comencé a rayar cosas sin sentido en mi cuaderno, hasta que en algún punto de la tarde, me quedé dormida.
Al despertar, ya había ruidos en la casa.
Mis hermanos jugando, el sonido de la tetera sonando, y mi padre hablando con mi madre.
Tenía un chal que cubría mi cuerpo.
De seguro mamá lo había puesto, después de todo tenía un truco para abrir la puerta aunque tuviera llave.
Observé el reloj de mi habitación: 18:07 Pm
Había dormido por lo menos 3 horas.
Me levanté de la cama y apagué la tele.
vi que en la mesita de noche había una nota que decía: No te duermas tan tarde, ahora duermes por las tardes y después ya no te da sueño en la noche, tu ropa está encima de el mueble, me harías un gran favor si la guardaras tu misma. Mamá ♡
–¿Que le costaba decírmelo en la cara? –Gruñí.
Salí de mi cuarto y fui a ver a mis hermanos.
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