あなたのために:Para ti, Keisuke Baji (Completa </3)

28: Oscuros

Aquella noche, Keisuke y yo estábamos en la azotea del edificio.

Estábamos comiendo papas fritas, de espaldas observando el precioso cielo estrellado.

Uno junto al otro.

Hacíamos esto de vez en cuando.

Hablábamos de cualquier cosa mientras comíamos algo y observábamos el cielo.

Era una especie de tradición que teníamos desde hace mucho tiempo.

Estaba cruzada de piernas, y Keisuke tenía sus brazos debajo de su cuello.

En ese momento estaba riendo a carcajadas por algo que el había dicho.

–¡No puedo creer que te acuerdes de eso! –Exclamé, comiendo otra papita.

El sonrió.

–Sí, y espero que me devuelvas el dinero. –Frunció el ceño y me miró mal.

–De hecho te lo iba a devolver.. Peor se me olvidó –Volví a reír mientras me comía una papa.

Suspiramos y nos quedamos unos minutos sin decir nada.

Solo observando la infinidad del cielo.

Para nada incómodo.

–Keisuke..

–Mhm? 

–¿Te has dado cuenta de lo insignificantes que somos? –Le pregunté observando arriba.

–¿Por qué preguntas eso?

Me callé un segundo, y luego hablé.

–Piénsalo de esta manera.. Somos una pequeña y diminuta pulga como galaxia. En una galaxia que está dentro de millones de otras galaxias en un lugar extremadamente gigantesco. No somos más que pequeños restos de microbios. Pero aún así, nos arrestan. No podemos hacer lo que queremos, nos golpean porque sí. Aún siendo taaaan insignificantes como lo somos. ¡Ni siquiera somos libres Keisuke! –Exclamé pataleando.

–Oye Hanako, quiero dormir esta noche, así que solo te responderé esto. Al ser taaaan insignificantes como dices, entonces debes hacer lo que se te de la gana hacer. Cualquier cosa. Ya que te vas a morir, y yo igual. Cuando estemos muertos, ya no podremos vernos más. Al menos no de la misma manera.

–Bueno... De cierta manera tienes razón. Ni se porqué pregunté eso, ni iba al tema. –Reí un poco.

–Ah... Está bien, yo también pienso en eso a veces. –El restó importancia.

Me acerqué un poco a el, y lo abracé.

Enseguida noté como se tensó.

–¿Eh? ¿Te pusiste nervioso? –Lo miré con una sonrisa burlona.

–¡NO! ¡Tonta! ¡No estoy tenso! 

Comencé a reír.

Otra vez.

–¿También te pondrás nervioso si me acerco? –Comencé a aproximar mi cara a la suya.

Cosa que hizo que se sonrojara.

–JSJAJJSJAJJSKKAJJKSJKJKS 

–¡No te rías! ¡Tu también te pondrías nerviosa, lo sé! ¡Te conozco! –Exclamó el.

–A ver, inténtalo. –Lo desafié.

Mala idea.

Se acercó tanto a mi cara, que tuve un corto circuito.

Ahora el comenzó a reír.

–¡N-no te rías, tonto! –Golpeé su hombro.

–¿Ves lo que se siente? –Me sonrió.

Giré mi cabeza al lado contrario.

–Ya.. No te enojes, tu empezaste. 

Me di vuelta, y quedé cara a cara con Keisuke.

–Eres maravilloso, ¿lo sabes, verdad? –Al parecer se sorprendió con mi comentario.

Seguro no se lo esperaba.

–B-bueno, gracias... Obvio lo sabía. Pero... Tu también eres maravillosa. 

Reí un poco.

–No... No soy como tu crees. –Desvié la mirada. –No soy para nada maravillosa.

El frunció el ceño.

–Eso no es cierto. 

Que ganas de creerle.

Negué con la cabeza.

–Ya es muy tarde, tengo que irme.–Me levanté.

–Okey, buenas noches entonces. 

Agité mi mano, y cuando ya me había dado vuelta, lo escucho decir.

–Por cierto Hanako.. 

–¿Que pasa? –Dije sin voltear.

–No veo a tus hermanos y a tu madre desde hace un buen tiempo.. ¿Están bien? 

Me tensé.

–Sí.. Seguramente no los has visto por cuestiones de tiempo. –Apretujé el paquete de papitas en mis manos.

–Supongo.. Bueno, buenas noches. –Me dijo.

Bajé corriendo las escaleras, y entré en silencio a la casa.

Estaba durmiendo.

Que alivio.

Fui a sacar arroz, y me fui a mi habitación.

01:10 AM.

Por supuesto que estaba dormido.

Era bastante tarde.

Pero no tanto para mí.

Solía dormirme extremadamente tarde.

Quizá cuatro o cinco de la mañana.

Nunca me gustó mucho dormir.

Y ya me estaba dando miedo.

Con lo que había hecho papá, sentía que en cualquier momento me haría algo horrible.

Y tenía miedo.

Mucho miedo.