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Era de madrugada

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Era de madrugada.

El maldito insomnio no me dejaba dormir, así que decidí ir a la azotea.

Mi lugar seguro.

Me recosté en el suelo de cemento y observé las estrellas.

Tan lejanas.

Tan bonitas.

Tan peligrosas.

En ese momento, escuché un movimiento detrás mío.

Y reconocí enseguida ese paso torpe.

–Sabía que eras tu, Keisuke.

El suspiró.

Palmeé el sitio a mi lado sin girar la mirada.

Se sentó junto a mi.

–Te odio y..

–Cállate Keisuke. Tu quédate donde estás. Se lo que intentas pero no caeré en tu trampa. –Le dije.

Se quejó.

Luego se mantuvo en silencio y finalmente se recostó junto a mi.

Estuvimos callados un buen rato, hasta que el decidió hablar.

–Mañana es la pelea.

Asentí.

Otro silencio.

–¿Recuerdas cuando estaba rondando el sector y tu llegaste y me obligaste a subirme a tu moto? 

Reí.

El soltó una risa nasal.

–No puedo creer que te acuerdes de eso.

–Recuerdo cada mísero detalle. –Le sonreí.

–Eres irritante.

–Yo se que me quieres. –Lo abracé.

El acarició mi cabello con cuidado.

–Tonta.

Me levanté para observarlo indignada.

–¿Ah? ¿"Tonta"? ¿Enserio? ¿No podrías haber dicho algo así como: "Si, te quiero mucho"?

El soltó una carcajada.

–¿Quién crees que soy? ¿Chifuyu? 

Bufé.

–Oye Hanako, yo...

–¿Mmhm?

–Yo...Quiero decirte algo.

–¿Que pasa? ¿Por qué estás tan serio? ¡Ni que fueras a morir, Keisuke! –Reí.

El me observó con seriedad.

–Eres la mejor amiga que he tenido en la vida y siempre te querré aunque tenga que hacer todo esto. –Soltó.

Mi corazón se quebró en mil pedazos, pero a la vez sonreí de felicidad.

"Amiga"  Era muy infantil pensar que podría gustarle.

Jamás le gustaría a Baji Keisuke.

A aquel chico de preciosos ojos color avellana y largo y brillante cabello negro.

Pero...

El me quería.

Me quería.

Haciendo que las palabras "Te odio" Desaparecieran de mi consciencia.

–...Te amo con todo mi corazón.

El pareció sorprenderse.

Nunca sabré cómo se tomó esas palabras.

Si con un significado romántico, o una simple cursilería amistosa de mi parte.

Lo que si se, es que sonrió.

Justo antes de colocar ambas manos detrás de su cabeza y recostarse junto a mi nuevamente.

Observando los millones de estrellas de colores que nos rodeaban.

Como siempre lo habíamos hecho...

Esa fue la última vez que vi a Keisuke Baji.

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あなたのために:Para ti, Keisuke Baji (Completa </3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora