Capítulo VI: Recuerdos

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Chifuyu había estado durante unos días demasiado distraído y confundido llamando la atención de sus amigos más cercanos que no tenían ni la menor idea de que era exactamente lo que le estaba afectando esos días sin decidirse acerca de preguntar o no comentar nada hasta que el rubio decidiera hablar del tema.

En las dos últimas semana había comenzado a tener sueños demasiado realistas como para ser simplemente un producto de su imaginación nocturna y también le resultaba demasiado extraño poder recordar todo con detalle cuando se despertaba en las mañanas o en medio de la noche con la respiración agitada si ocurría algo malo en su sueño.

A medida que los días avanzaban fue sintiendo que aquellos sueños en realidad eran recuerdos que le pertenecían a él y que había vivido en carne propia al ver a todos sus amigos en ellos, pero no parecía que los hubiera vivido hasta el momento. Sin embargo, la sensación de que esos recuerdos le pertenecían a otra persona ajena a él también estaba presente y por uno momento pensó que se estaba volviendo loco.

–Takemitchy.

Ambos se encontraban en la casa del menor leyendo algunos mangas nuevos que se había comprado en el último mes, como solían siempre que tenían la oportunidad de pasar un ratos juntos y aprovechando que la madre de este había salido con unas amigas.

–Dime Chifuyu –sin apartar la mirada del pequeño tomo que tenía en sus manos, Takemichi le hizo saber que le escuchaba–. Soy todo oídos para lo que me quieras decir.

–Es un poco complicado de explicar –el de mirada cian se rascó su nuca sin saber cómo abordar el tema–. Quizás pienses que estoy loco.

–Sea lo que sea que me vayas a decir, no te voy a juzgar –aseguró el contrario dejando el manga que estaba leyendo en cuanto notó la seriedad en sus palabras y se sentaba con sus piernas cruzadas mirando directamente a su amigo–. Tómate tu tiempo.

–Verás –no sabía cómo comenzar a contarle sobre los sueños que estaba teniendo–. Es que... ¡ugh!

Takemichi se quedó en silencio esperando a que su amigo se tranquilizara y pudiera hablar sobre eso que tanto le preocupaba y le costaba expresar.

–Perdón –susurró el rubio mientras cogía al gato negro que se acercó a él pareciendo entender la frustración de su dueño–. El punto es desde hace unos días he estado teniendo unos sueños bastante raros, pero la verdad es que se sienten tan reales y ya no sé qué pensar.

–¿Qué tal si me cuentas lo que pasa en esos sueños Chifuyu?

Hanagaki tenía el leve presentimiento de que Chifuyu estaba recuperando los recuerdos de cada línea temporal que había vivido junto a él, pero quería asegurase de que así fuera antes de explicarle todo lo relacionado con los viajes del tiempo y causar dudas en él que fueran complicadas de aclarar.

El dueño de la casa relató todo lo que había soñado hasta el momento y en ningún momento fue interrumpido. A veces podía observar cómo los ojos de su compañero se llenaban de lágrimas y podía sentir la tristeza que le transmitían tal y como ocurría en sus sueños y ninguno de los dos se dio cuenta de que habían transcurrido dos horas hasta que la madre de Chifuyu llegó a su hogar de nuevo preguntándole a Takemichi si quería cenar con ellos.

Cenaron sin prisa, disfrutando de aquel momento y con pequeños temas de conversación que iniciaba la fémina a los que ellos se unían respondiendo algunas de sus preguntas triviales.

Takemichi llamó a su madre para preguntarle si lo dejaría quedarse a dormir con Chifuyu, pues tenían que terminar de hablar sobre la posible recuperación de los recuerdos de su amigo. Su madre no puso ninguna pega, acostumbrada a que su hijo pasara algunas noches en casas de sus otros amigos o sus amigos en la de él.

Keep it to myself (Mitake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora