Capitulo 3

48 1 0
                                    

Tras lo que le había ocurrido en la biblioteca, Julieta se fué a su habitación para prepararse para ir a clase. Cuándo llegó se dió cuenta de que Almudena no estaba allí. En un primer momento, se asustó mucho pues  se dió cuenta de que ya por la mañana no la había visto, pero luego pensó que tendría que haberse ido a hacer algún recado. Su compañera era muy dormilona y no solía despertarse tan temprano, sin embargo su presentimiento le decía que algo malo le había ocurrido.


Julieta estaba de camino al otro pabellón donde se encontraban las clases, cuando escuchó una conversación entre la cocinera y una alumna del instituto:

-¿Estás ya preparada para .......?

-Por supuesto, ya lo tengo todo preparado. ¿Por cierto, has visto a .....?

-No desde ayer. Creo que se fué a la biblioteca por la mañana.

-De acuerdo. Me voy que no quiero que empiecen a sospechar de mi ausencia.


Por desgracia, fué incapaz de averiguar quien se ocultaba tras ese oscuro diálogo, pero algo tenía claro, y es que fuera quien fuera, estaban hablando de ella. Decidió evitar malos pensamientos y se fué andando de forma normal, como si no hubiera escuchado nada, hacia su clase. una vez allí, buscó con la mirada a Almudena, pero no la localizó.


Estaba a punto de empezar la primera hora de clases, cuando vió aparecer por la puerta a la chica. Se había dado cuenta de que la más joven de las dos personas que hace poco había escuchado hablar, llevaba unas zapatillas rosas, unas idénticas a las que su amiga usaba diariamente y que en ese mismo momento llevaba puestas. Estaba sufocada y aparentaba cansancio. Cuándo llegó junto a Julieta esta le preguntó:

-Buenos días, Almudena. Esta mañana no te he visto en tu cama, ¿dónde te habías metido?

-Buenos días. A ti no te importa.

-Respeto tu opinión, pero deberías tranquilizarte. Sabes que puedes decirme lo que quieras.

-Déjame en paz

La reacción de Almudena tocó emocionalmente a Julieta. Su mejor amiga en aquel centro le había respondido de una forma tan fría que le hizo pensar que ya no la quería, ni como conocida. Pero estaba equivocada y se dió cuenta unas horas más tarde, cuando sonó el timbre y se anunció por los altavoces que era la hora del almuerzo.


Ambas habían quedado en ir a comer juntas y así fué. Pero Julieta tenía muchos enemigos que la odiaban por su inteligencia y su belleza, entre ellas la chica más popular del instituto, llamada Amanda. Cuando Julieta y Almudena recogieron su almuezo, se dirigieron a la parte trasera de la habitación donde había varias mesas vacias. Pero para llegar allí tenían que pasar por el pasillo central donde  se sentaban los más conocidos del centro, entre ellos Amanda.


Y como no podía ser de otra forma, la enemiga de la protagonista le puso la zancadilla sin que esta se diera cuenta. La joven se cayó al suelo y toda la comida cayó encima del nuevo vestido rojo que vestía ese día. Para que no fuese el centro de atención se fué corriendo a su habitación y Almudena fué detrás de ella. Cuando ambas llegaron a su cuarto se abrazaron y la abochornada Julieta le pidió a su amiga que nunca la abandonase, que siempre fuera su amiga y su protección. Almudena le prometió que siempre serían amigas y compañeras pero lo que ella no sabía es que eso nunca podría llegar a pasar por el inminente viaje que las separaría a miles de kilómetros.

La Llamada de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora