NOA
Al final, he pasado en casa de mi cuñada dos días más de lo previsto. Quise volver ayer, pero en cuanto vi que Daan no estaba por la labor de hablar en condiciones, me volví a ir.
No me gusta estar en esta situación, y él ha dejado claro en muchas ocasiones que tampoco, pero cuando la frustración te domina... sé de primera mano que es difícil sustituir el sentimiento.
Hoy voy a volver a enfrentarlo, más que nada porque no puedo seguir huyendo. Quiero arreglar las cosas de una vez y no volver al pasado.
Desde que se esfumaron los problemas principales, hemos estado genial, hasta ahora. Y este problema me temo que no se va a ir tan rápido, así que tenemos que llevarlo de la mejor manera posible.
Tomo una respiración honda y entro a casa. Huele a comida. Ha debido hacer la cena. Ojalá haya hecho para mi también, porque me muero de hambre.
Dejo el bolso en la habitación y me asomo a la cocina, donde está apoyado en la encimera de espaldas a mi.
– Hola – digo después de haberme aclarado la garganta.
Se gira rápido y sorprendido hacia a mi.
– ¿Has vuelto? - traga duro y se pone más serio – Porque pensé que la casa de mi hermana era tu nuevo hogar.
– No he venido para discutir – digo cansada.
– No, tú ni siquiera vienes para hablar.
– Ayer vine y no hubo manera – le recuerdo.
– ¿Contigo si la hay? - ríe irónico.
– Así no vamos a ningún lado, Daan – me cruzo de brazos.
– Va, venga, habla – se apoya en la encimera y me mira fijamente.
– Tenemos que hablar ambos, no yo sola – me acerco.
– Alguien tendrá que empezar. Vamos – insiste.
– Eres un crío – lo miro aguantando las lágrimas.
– Como yo soy un crío, y tu tampoco eres muy madura que digamos, ¿qué cojones hacemos buscando un niño, Noa? Vamos a estarnos quietos y a ahorrarnos los dolores de cabeza.
Su frialdad me quema el alma. Pasa por mi lado a toda velocidad y me llevo las manos a la cara cuando escucho la puerta de nuestra habitación cerrarse de un portazo.
Me siento en el salón y limpio mis lágrimas. Ninguno sabemos como llevar la situación. Me da miedo que se nos vaya totalmente de las manos y nos carguemos la relación tan perfecta que hemos tenido hasta ahora. No puedo permitirlo.
Me levanto con rabia y voy hacia la habitación.
– Daan – lo señalo – No voy a permitir que esto acabe con nosotros.
– ¿Y qué hacemos? - se levanta y se pone frente a mi – Porque yo tampoco quiero eso, al igual que tampoco quiero renunciar a ser padre.
Cuando veo las lágrimas en sus ojos, no puedo evitar abrazarlo. Sus manos pasan por mi cintura y solloza en mi oído. Me trago las lágrimas y le acaricio la espalda.
– No podemos pelearnos por estupideces, Daan. Si no podemos tener un hijo ahora, será más adelante. Además, el método nos encanta, ¿no? No vamos a tener problema para seguir buscándolo – bromeo un poco.
– Me encanta follarte, o hacerte el amor como tú lo llamas, katje, pero también quiero que en meses, además de despertarnos con Luna y Luigi en la cama, también lo hagamos con una nena o un nene que nos llame mami y papi.
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IMPERFECTAMENTE PERFECTOS [LIBRO 2] [TERMINADO]
Romance** ESTE ES EL SEGUNDO LIBRO DE LA SERIE PERFECTOS. EL PRIMERO SE LLAMA PERFECTAMENTE IMPERFECTOS, DISPONIBLE EN MI PERFIL ** Hugo y Jenna coinciden una noche y saltan chispas. En tan solo horas, saben que se complementan y que podrían ser el uno par...