🏋️‍♀️ 28. MIEDO DE PERDERTE 🏋️‍♀️

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JENNA

Me despido de mis compañeros con un abrazo y salgo del trabajo lo más rápido posible. Ojalá no tuviera que venir a trabajar, pero no me queda otra.

Le pedí a mi jefe los días que me pertenecían por tener un familiar enfermo, pero me dijo que al no tener acreditación de que Hugo es mi pareja, no puede hacer nada.

He intentado por activa y por pasiva formalizar lo nuestro de mil formas, pero sin él poco puedo hacer. No tenemos un acta de matrimonio, ni en ningún lado sale que sea mi cónyuge ni similar.

Me he tenido que aguantar trabajando toda esta semana que llevo sin él. Lo hago con el corazón oprimido y con mil ataques de ansiedad al día, pero lo hago. También porque sigo teniendo que mantener a mi hijo, que esa es otra.

Aún así, todos los días voy al hospital, desde que termino de trabajar, hasta la hora de dormir. La mayoría de veces se viene mi hijo conmigo, como hoy, que estoy llegando al colegio para recogerlo.
Por las mañanas suele ir Noa a estar con Hugo, aunque sirva de poco.

Sus padres han querido venir, yo he hablado con ellos, pero no han encontrado ningún vuelo que puedan pagar. He enviado dinero a su casa para pagárselo yo, pero lo han rechazado. No quieren deberme nada, y yo me muero de pena al ver que están viviendo esta situación con su hijo a tantos kilómetros de distancia.

– Hola mami – me mira mi hijo con lágrimas en los ojos.

Lo cojo y lo monto en el carro. Nos despedimos de su profesora y ponemos rumbo al hospital. Él tiene también el ánimo por el suelo, como yo.

– ¿Papi eta ya desperto?

– No, cariño – me aguanto las lágrimas – Aún no.

– ¿Cuato queda?

– No lo sé.

No sé como explicarle a mi hijo que su padre está en coma y no sé cuando ni como va a despertar. Para él, lo más fácil es decirle que lleva una semana dormido porque todavía le duelen las heridas que tiene. Aún así, sabe que algo malo pasa.

Yo intento no derrumbarme delante de él, pero me cuesta no hacerlo. Necesito ser fuerte por él, sino, ¿quién lo cuida? ¿quién saca todo adelante? ¿y quién cuidará a Hugo cuando despierte? Yo y solo yo. Tengo que estar para ellos.

Los dos primeros días me los pasé sin salir de la cama y sin parar de llorar. Ahora, también lloro la mayoría de las veces, pero tengo que obligarme a levantar la cabeza. Mi hijo y él me necesitan.

Ahora es cuando verdaderamente estoy sacando toda la fortaleza que llevo dentro, porque para nada me apetece regalar sonrisas. Ni tener buenos comentarios. Ni salir a ningún lado. Todo lo hago por ellos.

– Hola guapa – saludo a Noa al entrar a la habitación - ¿Todo igual?

– Si – sonríe triste – Os dejo, Daan me espera para comer. Mañana vendrá conmigo, tiene libre en el trabajo.

– Vale, hasta mañana entonces – dejo un beso en su mejilla.

– Aios tita – dice cavizbajo.

– Adiós precioso.

Sale y la habitación se queda en silencio, excepto por los constantes de Hugo que resuenan por todo el espacio. Esta es otra de las cosas que me mantiene viva. Sus latidos son fuertes y rítmicos y los médicos dicen que pronto debería despertar. Solo hay que tener paciencia y positividad.

– Hola, amor – susurro y dejo un beso en su frente.

– Hola papi te quero.

Mi hijo agacha su cabeza hasta que deja un beso en la mano de Hugo, que sobresale de la cama. Cojo la silla donde estaba Noa y la acerco hasta ponerme al lado de ellos.

IMPERFECTAMENTE PERFECTOS [LIBRO 2] [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora