IMPERFECTAMENTE PERFECTOS [LIBRO 2] [TERMINADO]

🏋️‍♀️ 24. ESPECTÁCULO 🏋️‍♀️

Dos semanas justas para acabar este libro 😭❤️ Disfruten, tan solo quedan cinco capítulos 🫶🏽

JENNA

Una semana después, puedo decir que mi vida ha cambiado al completo. Contarle a Hugo mi historia ha sido quitarme un peso de encima monumental. Que haya visto mi cuerpo y lo haga sin problemas, o asco como pensaba, me alivia.

Su mirada sobre mi me sigue poniendo nerviosa y alerta, pero de una manera diferente a como imaginaba. Siempre me mira con admiración y amor. Tal y como lo hago yo con él.

Llevamos siete días conociéndonos profundamente y nada nos hace más feliz. Karim también está entre medias y parece que somos una familia bonita y completa.

Él está encantado con nuestra nueva relación y se encarga de hacérnoslo saber a cada momento. Como ahora, que va en el carro y no para de girar su cabeza para mirar como hablamos.

– ¿Quieres algo? - me río cuando veo que se va a partir el cuello.

– Sois supe buapos mami – sonríe tierno.

– Y tú eres precioso – Hugo le revuelve el pelo.

– Mami, papi, ¿agun día voy a tene un hemanito?

Lo miro sorprendida y me giro hacia Hugo que me mira con las cejas enarcadas.

– Pues... - me aclaro la garganta con el corazón a mil - ¿Sabes que pasa, cariño? Que para eso, Hugo y yo tenemos que ser novios.

– ¿No lo somos, muñeca? - me coge de la cintura mientras caminamos.

– No he visto que me lo hayas pedido – le sonrío de lado.

– No me gusta cumplir las tradiciones. ¿No sois las mujeres hoy en día tan decididas y valientes? ¿Por qué no me lo pides tú a mi?

– Eso mami, ¿poque?

– Está bien – asiento – Así será. Pero a mi manera y cuando quiera.

– No tardes mucho, muñeca, no queremos que Karim se lleve muchos años con su hermano, ¿verdad?

Me ruborizo ante sus palabras y se ríe dándome un beso en la mejilla. Nos despedimos de él al llegar al gimnasio y giro la calle con el carro para adentrarnos en la cafetería más cercana.

He estado toda la semana de baja por todo lo que pasó con mi hijo, por lo que no he podido contarles nada a Asher y Layla.

Mañana empiezo a trabajar, pero quiero ponerlos ya al día porque la oficina no es sitio para hablar estas cosas. Me han preguntado todos los días como estoy, pero no he querido darles muchos detalles sobre nada.

Mi hijo abre los ojos como platos al ver de lejos a Lucía, cogida de la mano de sus padres.

– Compórtate – advierto – Y nada de hablarle sobre tetas ni otras cosas que te hayan enseñado los inteligentes de tus tíos.

– Mami tu sempe dishes que hay que ser sinsheros.

– Claro, pero hasta cierto punto. Nada de obscenidades o te castigaré.

– Vaaaaale – suelta un suspiro.

Llegamos a la misma mesa libre y los saludo a los tres con un abrazo.

– Lucía, estás guapísima – digo mirando su vestido – Pareces una princesa.

– No, perdona – me levanta el dedo muy dispuesta – Princesa no. Soy una reina.

– Llevas toda la razón del mundo – asiento conteniendo mi risa – Totalmente una
reina.

Me sonríe conforme y me da un beso en la mejilla para seguir dándole atención a la muñeca que trae en brazos.