𝐗𝐕𝐈𝐈. 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨

1.5K 172 52
                                    

Una semana y media pasó desde aquel incidente. No fue lo mismo entre los dos.

¿Y cómo lo sería? Papá hace mucho que no me castigaba, sin embargo no le había dado las herramientas suficientes para que ese tipo de cosas sucediera.

Abrí la puerta del taxi, pagué la cuota y bajé de este.

—Buenas tardes señorita Mikkelsen —El recepcionista me saluda cuando finalmente entro y me pongo delante del mostrador.

—Buenas tardes señor Liderwick —Saludé.

—Hace unos momentos me avisaron que el sr. Mikkelsen estaba en una junta. Si gusta puede pasar y esperarlo en su oficina, le informaré a su secretaria personal que usted se encuentra aquí —El señor Liderwick se adelanta a mis palabras y posibles preguntas, respondiéndolas todas de manera eficiente.

Le dediqué una sonrisa sincera.

—Gracias —Me moví y me dirigí con naturalidad hacia los ascensores de la empresa. Sabiéndome el camino de memoria.

Las puertas se abrieron en par cuando presioné el botón. Acomodé mi gabardina nuevamente y subí al elevador.

Me incliné en dirección de los botones, presionando el número 10 y el último de la empresa. Las puertas volvieron a cerrarse en par delante de mi rostro, dejándome ver así, mi reflejo a través del pulido metal plateado. Calma, pensé por inercia.

El sonido que producía el ascensor cuando se llegaba al piso seleccionado atrajo mi atención nuevamente, acomodé la bolsa que llevaba y cuando las puertas se abrieron una ocasión más, y planeé avanzar inmediatamente, Mads y yo coincidimos en el pasillo.

Él estaba en una llamada.
Yo sólo bajaba del ascensor.

Papá.

Me atreví a pronunciar, pero más por reflejo que por ponderación. Me escudriñó con aquellos orbes profundos e indescifrables. Típico de él, sopesé en silencio.

Bajé del elevador sin pronunciar otra palabra más, e inmediatamente le hice un gesto con la cabeza, avisándole que iría a su oficina a esperarle. Cuando iba a marcharme en aquella dirección, Mads me tomó por sorpresa.

—Disculpa, dame un momento —Exigió grácil, moderada y autoritariamente a la persona del otro lado de la línea.

Su mano libre me detuvo por la muñeca, haciéndome voltear para verle al rostro e intentar descifrar su acción.

—Estaré pronto contigo —Comunica en un bajo tono, como consecuencia de la llamada en la que estaba. Asentí.

Sabia que él no me haría esperar, salvo que fuese necesario. Pero hace años que no hacíamos ese tipo de ritual, ambos conocíamos los tiempos y las circunstancias del contrario.

Mads no me facilitaba las palabras cuando se encontraba ocupado, y yo no le reprochaba o me encaprichaba por ello. Conocía su trabajo y lo excesivamente escrupuloso, atento y dedicado que era con éste.

—Está bien.

Farfullé. Me acerqué a él por costumbre apoyando una de mis manos encima de su pecho e inclinándome hacia delante y hacia arriba sobre mis puntas para depositar un beso fugaz en su mejilla.

—Con calma —Tranquilicé. Apartándome de él y dedicándole una sonrisa lineal.

Me di la vuelta y retomé el destino que tenía en mente desde que subí al ascensor.

Basta, deja de agitarte. Me regañé agobiada e internamente.

「𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora