𝐗𝐗. 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬

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Desperté cerca de las diez, era domingo y hoy no tendría porque asistir al museo. Me estiré sobre la cama, mirando al techo y permitiendo que mi cabeza volviera a invadirse de pensamientos.

Anoche hablé con Mads por videollamada, lucia un poco cansado pero no le arrebataba la apariencia elegante, chispeante, dominante y... atractiva. Se veía increíble.

Deslicé mi mano por mi rostro, deteniéndome justo en la zona de mi cabello. Su recuerdo me alteraba el pulso y me dificultaba la respiración.

Me levanté de la cama diez minutos después de haber despertado, tomé mi toalla y salí de mi habitación en dirección del baño, decidida a no caer inmediatamente en la bruma de mis insanos pensamientos. Me duché rápidamente y tan pronto como volví a mi cuarto, comencé a alistarme y arreglarme, tomé un pantalón de cintura alta y un blazer sin mangas, de cuello en V y de cuatro únicos botones, de color beige, que se ajustaba perfectamente a la figura de mi cuerpo, sequé mi cabello y pronto procedí a maquillarme con un poco de rubor, peinar mis cejas y enchinar mis pestañas, pintando superficialmente mis labios de un tono carmesí sin olvidar agregar brillos a esa zona.

Me miré al espejo cuando terminé mi humilde esfuerzo por arreglarme. Observé mi cabello, considerando en si mantenerlo suelto u amarrarlo en una coleta. Cuando voy a decidirme por arreglarlo, mi estómago emite un sonido vergonzoso, lo cual me recuerda el tiempo que he pasado en ayuno.

—Primero desayuno.

Solté mi cabello y salí de mi habitación, dirigiéndome a la primera planta y cocina.

Dejé la sala como estaba antes de que papá se marchara a Dinamarca por cuestiones laborales

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Dejé la sala como estaba antes de que papá se marchara a Dinamarca por cuestiones laborales. Miré a mi alrededor con escrutinio, no queriendo obviar nada y se arruinara mi intento por mostrarle mi responsabilidad y madurez para mantener un equilibrio entre la casa, mi trabajo, mis ratos libres y mi cuidado personal. Sonreí ampliamente, triunfante, al no notar ni un cojín lejos de su lugar.

Observé mi reloj al escuchar el inconfundible sonido del auto subiendo a la acera para que quedara aparcado en la zona del garaje. 2:15 leí.

Acomodé mi cabello lo mejor posible y detrás de mis orejas. Sentí mi corazón desbocarse al no saber que más hacer mientras que hacía acto de presencia dentro de casa, notando como mis nervios se crispaban, decidí tomar rodear el sillón y reacomodar los cojines.

Tres minutos después, el sonido de la puerta abriéndose logró llamar mi atención y colapsar el trote mi corazón. Me acerqué. Mads cerró maquinalmente detrás suyo, bajó su maletín sobre la maleta de rueditas y tras quitarse los guantes, dio dos pasos hacia mi, mientras que yo ya había acortado la distancia anteriormente.

—Estoy de vuelta —Abrió sus brazos, permitiéndome entrar en ellos. Envolviéndome con firmeza amorosa que derritió mi corazón.

—Lo noté —Restregué la punta de mi nariz contra su pecho — Te extrañé.

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⏰ Última actualización: Jun 29 ⏰

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「𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora