𝐈𝐕: 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞

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Llegamos a casa. Mads me permitió entrar primero y justo cuando iba a encender la luz, papá me detiene.

—¿Ocurre algo? —Por un momento me da la impresión de que alguien se ha metido a la casa, pero Mads me acerca a él una vez que ha cerrado la puerta, su loción invade mis fosas nasales de una manera tan perturbadora que me hace flaquear por fracción de segundo.

Te llevaré a la sala —Farfulla cercano a mi oído.

Asentí silenciosa y dejé que me arrastrara hasta la sala, dejándome a mitad de esta y él, como todo un experto, poniendo uno de los discos al azar: o al menos yo creo eso.

Pronto nuestra canción favorita comienza a sonar perfectamente en la sala principal, me ofrece su mano y la tomo gustosa.

Papá... —Murmuré nerviosa.

Sh, tranquila bebé —Apresó mi cadera con su fuerte brazo mientras que tomaba mi mano con la suya, me acerqué a él peligrosamente, inundando mis fosas una vez más del aroma a alcohol y su loción costosa.

Suspiré lo más quedito que pude.

Posé mi otra mano en su hombro y apoyé mi cabeza en su hombro y pecho. Papá al menos me llevaba de diferencia una cabeza de estatura.

Take my breath away de Berlín sonaba melodiosamente, sin embargo estaba completamente segura de que ambos ni siquiera ya prestábamos total atención a la canción.

Ambos soltamos nuestras manos y mientras que Mads deslizaba la suya por mi espalda alta hasta bajar a mis caderas, yo posaba mis brazos alrededor de su cuello, repartiendo cortas y sutiles caricias que no pude evitar proporcionarle.

Me apegó un poco más a su cuerpo y temblé bajo su agarre seguro y firme. Pero no pude alejarme, no quise.

Siento las mejillas arder y el pulso aumentar.

—I-iré a dormir, creo que estoy algo ebria —Reí nerviosamente y en bajo.

Papá afloja su agarre, tambaleé un poco y de no ser por Mads, yo habría caído sobre el sofá.

—Gracias.

Descansa dulzura.

Descansa papi —Deposité un casto beso en su mejilla, uno bastante bochornoso y supuestamente ebrio.

Y algo de lo cual agradezco es, que no recordara al siguiente día eso último. Al menos hasta treinta horas después.

Subí hasta a mi habitación, cerré la puerta y observé la perilla de esta. Suspiré y me alejé, me dirigí al armario y quité el vestido dorado para luego ponerlo en un lugar estricto y no olvidara que tenía que llevarlo a lavandería, dejé las zapatillas y tomé mi pantalón de pijama y playera, tomé ropa interior y salí de este cuarto dirigido a mi ropa.

Salí de mi habitación semidesnuda, olvidando por unos momentos lo que Mads me había pedido.

—Te ordené algo, bebé.

—Perdona, creí que al ser de noche y estar a oscuras me daba la opción de salir al menos de este modo hacia el baño —Viré a verle.

Mads estaba a mitad del pasillo.

—Está bien. Ten cuidado, no vayas a resbalar —Advierte serio.

Asentí y me dirigí finalmente al baño sin más. Sentía mi pulso arrítmico y mi cuerpo aún más caliente, me observé al espejo y me analicé en bragas y brazier.

De verdad había embarnecido. Papá tenía razón. Alejé mis pensamientos de mi cabeza y únicamente me dediqué a ducharme sin pensar en lo diferente que había sido nuestro baile.

Y gracias a la tibia agua deslizándose por mi cuerpo me recordó el diario que había ocultado bajo mi almohada sin haber finalizado de escribir. Reí en bajo. Aún parecía una adolescente, pero escribir mis pensamientos siempre me había aliviado.

Postdata: sé que ha sido más corto de lo normal (dentro de este fanfic), pero aún así espero que les haya agradado

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Postdata: sé que ha sido más corto de lo normal (dentro de este fanfic), pero aún así espero que les haya agradado.

「𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora