𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈. 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐨

1.2K 151 54
                                    

—No te preocupes, nos vemos más tarde Madeline.

Escuché a Mads decir aquello y aún fuera de su oficina. Centré mi atención en su escritorio, leyendo de repente y cerca algunos de los papeles sobre éste.

Contratos, afiliaciones, creaciones de empresas, pronuncié algunos de los temas de los papeles dentro de mi cabeza. Percatándome, poco después de su desorganización sutil. Algo ocurrió.

—Disculpa.

La voz de papá me sacó de mi mente, asustándome fugazmente. Levanté la mirada de las hojas y la postré en él, escudriñándolo instintivamente.

—¿Algo llama tú atención? —Se acercó hasta mí, postrándose delante del escritorio y al otro lado.

Me avergoncé ante mis pensamientos y actos, pues había husmeado en su privacidad sin su aprobación.

—No leí —Mentí.

Mads no me creyó. Su expresión lo delató, no obstante, asintió y fingió no ser escéptico a mis palabras.

Admito haberle mentido ocasionalmente en el pasado, cuando no dormía, o había comido un dulce a escondidas, pero al final él siempre se daba cuenta de mi travesura. Sin embargo, jamás le omití algo por simple que pareciera...

Rompía algo, le decía.
Sacaba un siete en alguna materia o tenía que hacer algún examen, lo mencionaba.
Incluso, cuando John Giorno se atrevió a tocarme sin importar estar en su hogar, lo hice conocedor de la situación.

Ahora, todo parecía hacerme sentir tensa y en alerta a cada minúsculo movimiento, creyendo que cada acción y palabra que tenía y pronunciaba terminaría por delatarme. Podría parecer extrañamente entretenido, pero en realidad me estaba consumiendo.

—Sólo observé el orden —Añadí al efímero silencio parte de una verdad que me di cuenta después de husmear.

Mads dirigió su mirada hacia sus papeles, aligerando esa extraña expresión y asintiendo a medias.

—Sólo estuve ocupado.

Enarqué una ceja, incrédula.

—Siempre fuiste bueno trabajando bajo presión —Aseveré. Buscando más respuestas a su simple desliz que me provocó alguna molestia.

—Ocasionalmente, se pierde el orden.

—No tú.

Mads vuelve a mirarme.

—Tiene que pasar algo especial para que tú pierdas el control, Mads. Eso todos lo saben. Yo lo sé —Aseveré, cruzándome de brazos y mostrando mi irritabilidad ante su creencia.

Vivía con él. Crecí con él. Erraba si creía que no me percataría de lo poco que puedo descifrar de su personalidad.

Mads guardó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón de alta costura, tratándome de una manera antinatural. Se había cerrado a mí.

Mi corazón dio un vuelco doloroso, tragué saliva y aparté mi mirada poco después de saber que no soportaría mantenerla sobre la suya.

—No venía a hacerte el día más largo —Mencioné — Supongo que debes estar bastante ocupado con la empresa y que no has tenido el tiempo para dedicártelo, le pediré a Jean de favor ordene algo para ti — Mi visión regresó a él.

Sintiéndose atraída a sólo él.

—Le ayudaré a escoger algo —Acomodé uno de los mechones de mi pelo detrás de mi oreja, pasando hacia el otro lado del escritorio y haciéndome paso a su costado, dirigiéndome al sofá en donde había dejado con anterioridad mi bolso y mi gabardina.

「𝐌𝐲 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora