Prologo

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Después de un encargo en el cual entregó un mensaje al Duque de Fierenziia, Rhuanna conoció al caballero Giovanni Cremonesse, quien junto con 4 de sus camaradas de la guardia escoltó a la chica en aquel viaje. Aquella tarea fue algo complicada, pues la personalidad de aquella heraldo parecía atraer los problemas.

Luego de un accidentado viaje el grupo regresó a la bella pero peligrosa ciudad de Theirinicia, y de inmediato llevaron la respuesta de Alesso Pratzii. El Duque Victor los despachó, aunque encargó al mismo Giovanni escoltar a la aún asustada joven a su hogar; el bizarro caballero obedeció aquella orden sin dudarlo, aunque ya estaba más relajado por estar en un territorio que conocía, de manera galante la ayudó a salir de la augusta torre del homenaje, esta pertenecía a la familia del Duque mismo.

Ya en la calle el notó que ella estaba aún nerviosa, así que le habló con mucho tiento.

—¿No quiere comer algo heraldo Rhuanna?

—¿Eh?, este... sí claro, —exclamó con cierta sorpresa—. ¿A dónde iremos?

—Cerca de aquí esta el mesón del "Cuervo Albino", —respondió con una gran sonrisa como para calmarla.

—¿Cuervo Albino? —Regresó la pregunta muy sonriente también.

—Yo no le puse el nombre, —respondió él mientras caminaba al lado de la chica—, mire ahí está el lugar, —señalo el edifico.

El mesón era bastante grande por dentro, eso sin mencionar el delicioso aroma de la comida, mismo que hizo rugir la tripas de Rhua, la trovadora revisó el lugar de manera discreta y vio a una patrulla de guardias, y aunque ellos también la vieron mejor fingieron no hacerlo, también había varias mesas ocupadas con parroquianos, aunque en al menos dos había gente que no era del lugar, pero no le dio importancia a ello, sobre todo cuando se sentó a la mesa frente a Giovanni.

Algunos instantes después llegó un chico de cuanto mucho 14 años, se presento como el mesero, y preguntó por que pedirían, y a pregunta expresa de Rhuanna la cual lo sonrojó, Carlo recomendó a la pareja el estofado de cordero con papas. Giovanni pidió un par de vasos de vino caliente con especias y el chico se fue.

Cuando esperaban, y conversaban de cosas sin importancia como el clima, los barcos que llagaban ó el frío otoñal, Rhua busco escuchar de manera furtiva trozos de conversaciones ajenas, pero nadie parecía hablar de algo que valiera la pena, así que centró de nuevo su atención en Gio.

—¿Es verdad que usted y el duque tienen un sórdido romance? —le inquirió el caballero sin mayores miramientos.

—No, no lo es, —respondió ella mientras trataba de conservar la calma—. ¿Piensa que quiero meterme en problemas con la duquesa?, formar parte de las intrigas palaciegas no es lo mio, —concluyó cuando llegaba la cena—. Le ruego caballero que no haga caso a esos chismes.

—Lo digo porque es lo que se rumora.

—Rumores que son infundados, provenientes de otros trovadores, seguro los esparció Theressa, esa juglar de baja calaña me odia.

En ese momento llegaron a los oídos de la chica unas frases.

"Bosque obscuro, relicario en una torre, tesoro en el interior", esto la hizo sonreír de manera maliciosa y no pasó inadvertido por su acompañante.

—¿Le pasa algo?

—No nada, ¿sabe algo del bosque obscuro?

—No mucho bella doncella, solo que esta como a media jornada al suroeste de la ciudad, y que es habitado por una plaga de trasgos obscuros, de ahí su nombre.

—¡Oh vaya!, creí que había algo interesante allí.

—Mucho peligro y un alto riesgo de morir y ser devorado por esos seres abyectos, sobre todo si va sola, mi consejo es que no se meta allí, —advirtió con tono serio.

—Esta bien, —contestó antes de terminar su cena e iba a pagar, pero Gio le dijo que el lo haría—. ¡Gracias caballero Giovanni! —dijo y le dio un beso en la mejilla.

La sensación del beso hizo que él se ruborizará de inmediato, Rhuanna le sonrió de manera coqueta.

—Me hospedo en la posada del puerto, ¿nos vamos?

—Por su puesto bella doncella.

—Gracias Caballero.

Ambos caminaron hasta aquella "posada", pero Giovanni se percató que esa era la sede de la cofradía de duelistas y trovadores, aún así no se amilano y la acompañó a la entrada donde la joven se despidió con otro suave y provocador beso, luego entró.


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Rhuanna de TheirinicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora