Consecuencias: Reinos Enanos

13 8 97
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Consecuencias: Reinos Enanos

Ubicación: Noreste de Teurissia, Montes Uryälyes.


Cuando el intrépido y valiente explorador Grunyar regresó a su hogar en el Reino enano de la Gran Muralla, se enteró de que habían sufrido un feroz ataque. Los enemigos eran abominaciones titánicas, trasgos y orcoides provenientes de las estepas más allá de los Uryälyes. Esto encendió la ardiente determinación en su sangre y juró vengarse.

Su oportunidad llegó cuando Threnkard, el emperador enano, lanzó un ataque contra varias ciudades orcoides. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban, ya que a pesar de obtener la victoria, el costo fue un gran número de bajas. Aun así, se lanzaron a un asentamiento de abominaciones titánicas y esta vez los resultados fueron algo mejores, aunque finalmente tuvieron que retroceder.

Los combates se prolongaron durante meses, en una lucha constante en la que los ejércitos enanos no solo resistieron, sino que hicieron retroceder repetidamente a sus enemigos.

Fue entonces cuando Grunyar decidió partir nuevamente hacia Rheintherra, en busca de Rhuanna. Planeaba pedirle que le ayudara a conseguir el apoyo de su gente. No sabía si la encontraría o si ella aceptaría su petición, pero no tenía una opción mejor.

Sin embargo, en su camino, no pudo evitar pasar por la ciudad de Gaileuxsonne, donde se enteró de la muerte del emperador Draenvor a manos de "Ulthar el Destructor". Se encontró con el cortejo fúnebre y rindió sus respetos a la emperatriz. Ella le informó que el Imperio Gaileuxita no solo había perdido a su amado emperador, sino también a la doncella de armas Jeanne de Neurdenthria, a manos de los iluminados.

La noticia devastadora hizo que las rodillas de Grunyar cedieran y lágrimas amargas brotaron de sus ojos. Juró venganza, pero también sabía que necesitaba ayuda para llevar a cabo tal empresa. Prometió regresar con el apoyo necesario y se dirigió hacia Rheintherra en busca de su amiga Rhuanna.

Tras despedirse de Vaelinde Durandeux, la Emperatriz de Gaileux, Grunyar reanudó su camino hacia Rheintherra, donde esperaba encontrar a su amiga trovadora. Sin embargo, cada paso que daba aumentaba la sed de venganza en su corazón, pues recordó las incontables tragedias que había presenciado en los últimos años. Sabía que el camino sería peligroso y sombrío, pero se negaba a permitir que la desesperación lo consumiera.

Las tierras por las que viajaba estaban plagadas de peligros y adversidades, pero Grunyar no era un hombre común. Sus manos eran firmes, su espíritu indomable. Vestido con una armadura forjada en las mejores herrerías de las montañas, empuñaba un hacha que había cobrado innumerables vidas en las batallas.

Las noches eran testigos de sus pesadillas, donde revivía una y otra vez los horrores del campo de batalla. Los gritos y lamentos de los caídos resonaban en su mente, alimentando su sed de justicia.

Rhuanna de TheirinicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora