Baekhyun se metió en la ducha, respirando con deleite, dejando que la lujuriosa ducha le masajeara el cuerpo entero. Le seducía la idea de quedarse allí durante horas, pero la necesidad de ver a Chanyeol era mayor que el placer de sentir el relajante efecto del agua caliente. La tentación de pasarse primero por la cocina había sido casi irresistible. Le llegaba el olor de algo delicioso que se estaba cocinando y supo que él estaba allí. Pero no se había duchado en el hospital y necesitaba deshacerse del olor y los gérmenes que había acumulado después de un largo día de trabajo antes de verlo, así que atravesó la casa de puntillas hasta llegar al baño.
Se lavó rápidamente su pelo rebelde. Apenas había empezado a enjabonarse el cuerpo cuando sintió la sólida, imponente presencia de Yeol, su cuerpo presionándolo por detrás. Lo giró, dejando que la espalda de Baekhyun descansara en la pared, aprisionado entre dos poderosos brazos, las manos de Chanyeol a un lado y otro descansando igualmente contra la pared de la ducha.
Mirándolo a los ojos, el cuerpo entero de Baekhyun empezó a agitarse cuando con la vista recorrió la salvaje expresión en el rostro de Yeol. Sus ojos, tan intensos y ávidos que su temperatura lo reducía a un montón de lava a sus pies.
Era tan gigantesco, tan fogoso y suyo.
Te amo, Baekhyun. Te amo tanto que a veces siento que me falta el aliento — su voz áspera sonaba salvaje y emocionada, rugosa y viril — Debería habértelo dicho hace años. No sé por qué no lo hice. Bien sabe Dios que te lo mereces, pero me tienes contigo, todo lo que tengo y todo lo que soy. No sé si es bueno o malo, pero es la verdad. No soy nada sin ti.
Baekhyun tragó saliva, con los ojos fijos en los de él. Aquel era Chanyeol, sin refinar, sin pulir, la esencia del hombre que amaba. Y nunca le había parecido tan excitante como en ese momento. Su ser entero desnudo frente a él. Las lágrimas se asomaron a los ojos de Baekhyun, mezclándose con el agua de la ducha. Alzó la mano y la pasó por la mejilla de Yeol.
Yo también te amo. Siempre te he amado. Nunca te olvidé y no recuerdo ningún día que no me acordara de ti — admitió con franqueza.
Casi se desvaneció al oír a Chanyeol decirle que lo amaba. Sí, sabía que lo amaba, pero oír su primitiva declaración le alteró el pulso, respirando con soplidos entrecortados.
Te Amo, Cielo. Te Amo. Te juro que te compensaré por todas las veces que no te lo he dicho diciéndotelo tanto que te canses de oírlo – le susurró virilmente pegado a su oído, bajando la cabeza para mordisquearle el lóbulo de la oreja.
«Imposible».
Baekhyun sabía que nunca podría cansarse de oír a Yeol decirle cuánto lo amaba. No podía lamentar que nunca lo hubiera oído antes de nadie porque Chanyeol había sido el primero en decírselo y le parecía irreal.
Yeol le cubrió la boca con la suya, quitándole el aliento, domando sus labios, abriéndose camino en su boca con la lengua. Yeol tenía el efecto de robarle todo pensamiento racional almacenado en su mente.
El vapor de agua los envolvía y los chorros intermitentes de la ducha les golpeaba el cuerpo, pero Baekhyun no sentía nada más que los implacables asaltos de Chanyeol a sus sentidos. Baekhyun le rodeó el cuello con los brazos mientras que él le saqueaba la boca intentando acercarlo más a él. Todas las emociones que siempre había ocultado estaban ahora al descubierto. Él le sostenía la cabeza, abrazándolo desesperadamente, cerrando los puños sobre su pelo mojado. Un suspiro ahogado se escapó de los labios de Baekhyun, resonando en la boca de Yeol