Intenciones Ocultas

Laparwahi

(๑•̀ㅂ•́)و✧ Proseguimooos!

Quinto día: Quinto combate [Shiva x Raiden]

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En el momento que se filtraron -por boca de las involucradas- las excentricidades detrás de puertas cerradas concernientes al quinto competidor humano, muchas de las deidades interesadas lo vieron como una presa fácil de capturar. Sin embargo, también probó ser uno de los retos más difíciles para dicha proeza.

Al considerar que rara vez se le veía solo.

Si no se encontraba hablando alegremente con una de las valquirias mayores disfrutando de bebidas en alguna cafetería o bar, también era divisado con algunos de los seguidores más cercano al dios Shiva en salidas amistosas, e inclusive en ocasiones acompañando a una o todas las esposas de dicha deidad por los mercados ayudando a cargar costales de especias y leguminosas para las comidas de las oficinas hindúes hasta en ocasiones se le veía acompañado del dios elefante mientras la deidad juvenil expresaba su sabiduría en videojuegos a un confundido japonés.

No había duda que estaban pendientes del interés sobre el humano y fungen de escudo entre las intenciones de terceros y 'la futura cuarta esposa' de su dirigente.

Toda esa logística era realizada cuando no estaba acompañado del mismo dios destructor hindú al pasearse entre los poblados por las tardes, luego de desocuparse de sus labores del día, con la misma intención de atraer al humano a ser parte de su panteón.

Algunos de los interesados se habían rendido u optado por mandar sus regalos directamente al condominio humano al considerar las tan bajas probabilidades para acercarse a Raiden, especialmente con alguna propuesta indecorosa de por medio.

Es por eso que el caos se desató un día que varias entidades miraron, sin poder creerlo, al luchador sin chaperones paseando por los diferentes estantes de uno de los mercados del poblado cercano al Edén. Mirándose los unos a los otros, las divinidades rápidamente invocaban sus inventarios para extraer sus regalos destinados para el luchador de sumo.

Empezando así una carrera entre todos por ser el primero en poder entablar conversación con el humano.

Raiden Tameemon no era ajeno a las multitudes a su alrededor, considerando haber sido una celebridad en su época dentro del mundo del sumo, sin embargo su gran estatura fuera de la media siempre había sido una ventaja para evitar sentirse sofocado por la marea de humanos.

Caso muy contrario a lo que experimentaba en la actualidad con dioses que fácilmente eran de su estatura o superior -seguramente guardianes de montañas y/o volcanes o pertenecientes al inframundo- a su alrededor mientras hablaban al mismo tiempo buscando su atención e empujando regalos en sus manos, aquello sólo logrando hacerle sentir encerrado y pequeño.

Por ello le tomó desprevenido un tirón en la zona posterior del cuello de su yukata perdiendo el equilibrio al trastabillar al no tener un buen afiance con el suelo mas el impacto no llegó, parpadeó al verse escudado detrás de un par de brazos de tez purpurea con una tranquila pero tensa voz reclamando a la otras deidades que pretendían; muchos de los presentes excusándose del lugar dejando sus regalos como ofrenda para el futuro matrimonio.

El dios destructor había sido conducido a empujones por sus compañeros de panteón hacia el punto de encuentro donde se vería con Raiden, reclamando sobre el trato de sus amigos quienes a su vez apuntaban sobre su descuido al no fijarse en la hora mientras relajadamente revisaba su papeleo.

Todos suspiraron cansados: como siempre su dirigente dejaba que su flojera le ganara.

Sin embargo cuando Agni -el más alto del grupo- divisó la conmoción cercana llamó la atención de todos con Rudra casi quebrando el cuello de Shiva para redirigir su atención al humano en problemas. Nunca vieron a la divinidad hindú moverse tan rápido como en ese instante al desaparecer de sus lados en un parpadeo.