Paremvoli

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( ̄y▽, ̄)╭ Continuaaaaamooos!

Segundo día: Segundo combate [Zeus vs Adam/Eva] & Hermes

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En todo Valhalla no existía la duda que Adam y Eva son el ideal de pareja para todos los humanos interesados en el romance y una relación aspiraban a ser.

Teniendo sus ocasionales citas para descubrir algún lugar nuevo donde comer o pasar el rato, mirando los escaparates con diversos productos tanto personales como para el hogar e inclusive escuchando pacientemente al otro cuando su pareja se emocionaba sobre algún tema, actividad u objeto en específico.

Sin embargo, ocasionalmente dos entidades más se unían a los paseos que la pareja de rubia cabellera disfrutaba por los diversos panteones y poblados.

Tratándose del gran Padre del Cosmos, Zeus, y su asistente Hermes.

El anciano competidor y dirigente del concilio de dioses emulaba a un guía turístico para el dúo humano al señalar algunos de los locales dando sus reseñas al respecto o recomendaciones sobre actividades que podían realizar.

Sin olvidar agregar que sólo tenían que pedirlo y el gran líder griego se encargaría de conseguirle las reservaciones o lugares.

Hermes suspiraba divertido al mirar el intento de su jefe de endulzar a su rival, mediante regalos y favores a su esposa, por una nueva pelea con el Padre de la Humanidad.

Sin embargo, no era el único que tenía dicho plan en mente cuando una deidad -de porte guerrero- aparecía frente al grupo para hablar con la pareja humana. Felicitando al varón por su gran gran hazaña contra Zeus haciendo reír a Eva cuando comentaba lo grandioso que es su esposo sin filtro al halagar sus habilidades en batalla y su pasión como padre de su 'panteón'.

Acto seguido hacía entrega de un regalo a la pareja, a pesar de que los humanos decían que no podían aceptar algo tan ostentoso sin tener una razón de merecerlo. Finalmente cedían ante las súplicas de la deidad como unos padres harían ante un regalo sorpresa de sus pequeños hijos ofreciéndole una sonrisa -ligera en el caso de Adam y alegre de parte de Eva- en agradecimiento a la divinidad.

Aquello fue el detonante para permitir que más seres divinos -Hermes calculó que debía tratarse casi de medio pueblo- se acercaran con las mismas intenciones a los dos humanos portando regalos en manos. Con algunas deidades aludiendo que serían de utilidad ahora que tenían varios niños en casa por los cuales velar.

Adam y Evan al escuchar aquello cambiaron rápidamente su postura y aceptaban todo -con una sonrisa- sin replicar.

Cuando la deidad que inició todo solicitaba un combate -para medir fuerza- contra tan espectacular espécimen humano, aprovechando la distracción de Adam que en ese momento estuvo a punto de aceptar el reto, fue interrumpido al sentir una abrumadora presión sobre uno de sus hombros.

Zeus había llegado al punto de su paciencia riendo amenazadoramente y recordándoles a los presentes que Adam y Eva eran unas personas muy ocupadas con sus hijos esperándolo en casa, conforme enterraba más sus dedos -con cada palabra pronunciada- en los músculos ajenos, obligando a la deidad a encorvarse del dolor.

Aquel espectáculo fue suficiente para que las entidades presentes entregaran sus regalos al mayordomo divino y regresaran a sus actividades del día.

Usando de excusa su edad ancestral, el más joven de los hermanos olímpicos refunfuñaba como un viejo humano acerca de la audacia de la juventud sobre molestarlos en su día libre para rápidamente retomar su rol previo y alegremente señalando un lugar donde aseguraba vendían una maravillosa sidra de manzana dulce e inclusive les invitaba a la pareja a descansar por unas horas disfrutando de un par de vasos dando pequeños saltos hacia el local.

Todo bajo las miradas divertidas de la pareja humana viéndose entre ellos e intentado esconder sus risas ante la infantil actitud del Padre del Cosmos y un Hermes casi oculto bajo una montaña de regalos.

Intenciones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora