Intenciones Ocultas

Epithymia

(o゜▽゜)o☆ Progresamooos!!!

Séptimo día: Séptimo combate [Hades x Qin]

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Para las deidades presentes fue un hecho impactante ver caer derrotado al monarca de Helheim -el moderado Hades- a manos de un humano en batalla y de igual manera fue un hecho indudable que posterior al Ragnarök varias deidades rememoren al primer emperador como una figura de majestuosa presencia e increíble potencial.

Además de ser poseedor de una singular belleza y gracia -al caer la venda y admirar aquella espalda desnuda- para los embelesados interesados.

Por lo que no fue sorpresa que contará con una gran magnitud de seguidores como si se tratase de una estrella de los medios divinos, todos deseosos de saber el más mínimo detalle sobre él y, de ser posible, cautivar tan apetecible premio.

Qin Shi Huang no era ajeno a la adulación y atención sobre su persona por sus tiempos como regente de una nación emergente, sabía lidiar con la mayoría de ellos: algunas palabras ambiguas y una sonrisa ligera bastaban para dejar a muchas de las deidades deshabilitadas para continuar con sus intentos de conquista.

Por lo que su situación actual le tenía descontento: Dos deidades, probablemente hermanos, extendiendo sus manos en su dirección y con una actitud engreída demandando que se convirtiera en el amante de ambos al considerarlo digno de compartir lecho con ellos.

Riendo suavemente y deleitando a los espectadores con una sonrisa cautivadora el emperador rechaza la oferta inmediatamente y sin titubeos, continuando su camino entre las dos entidades congeladas en su sitio por la impresión.

Creyendo que ese sería el final de aquella ridícula situación pero al escuchar que era llamado nuevamente, el emperador sólo suspira cansado de manera imperceptible cambiando su lenguaje corporal a uno más solemne para acabar con todo de una buena vez.

Hades retiró la mirada del documento que leía al ingresar su hermano menor Adamas con la bandeja de la merienda del día como señal de tomar un pequeño descanso de sus obligaciones; el regente deseaba desocuparse antes del final del ciclo laboral septenario y de esa manera compartir un par de días libres extras junto al primer emperador de la dinastía Qin.

Platicaba gratamente con su consanguíneo cuando unos toques en la puerta de su oficina les distrajeron.

"Señor," uno de los guardias del castillo apareció nervioso ante su presencia y descolocó a Hades por unos segundos ante la inusual actitud de su súbdito, "tenemos un imprevisto." Ante la seña de continuar hablando por parte de su rey, el guardia tragó en seco y relató con -mucho lujo de- detalle lo que acontece en Valhalla con el humano que había logrado capturar la mirada del mayor de los hermanos olímpicos.

La sonrisa nunca abandonó el rostro del dios del Inframundo no obstante está se volvió tensa y fría progresivamente.

"Ah, creo que me apetece ir a estirar un poco las piernas, si me disculpas hermano."
"No no, adelante, te lo has ganado."
"Me retiro por hoy, gracias por tu encomendable labor."
"S-si, ¡gracias señor!"

Conforme se dirigía a la entrada de su oficina, Hades tomó su bidente y, a los ojos de los presentes, exudaba una mortífera aura oscura a su alrededor, la voz de su hermano le hizo detenerse bajo el marco de la puerta sin mirar atrás.

"Demuestrales por qué eres el rey del Infierno."
"Una espléndida idea, querido hermanito. "

Las estruendosas risas del dios de la conquista retumbaban por los pasillos del castillo de Helheim a medida que un no sereno Hades avanzaba listo a imponer su veredicto por la transgresión ocurrida contra su futuro consorte.