Yuuwaku

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╚(•⌂•)╝ Perseveramos aaaaa!

Sexto día: Sexto combate [Zerofuku x Buda]

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Como una deidad él mismo, Zerofuku entendía que su especie era una paradoja andante. Compleja mas sin embargo simple al momento de tomar decisiones y cambiar de opiniones de un parpadeo a otro dependiendo del nivel de exaltación que experimentan en ese instante.

Por lo que creyó ingenuamente que después de su acto de deslealtad durante el Ragnarök, las deidades se mantendrían al margen respecto a El Iluminado en referencia al interés desmedido por los peleadores humanos. ¡Si, tenía claro que Buda fue humano, pero ahora era una deidad! No debería ser considerado un objetivo más de la atención de las muchas deidades espectadoras de su pelea.

Sin embargo, la deidad albina ponía la mirada en blanco recordando como el infortunio tenía que interferir en su vida.

El título de 'traidor' había mutado en tan poco tiempo -sólo un año- a 'deidad rebelde' que necesitaba ser comprendida y en peor de los casos, encaminada a ser mejor. Con muchas entidades jóvenes y mayores interesadas por ser quien lograra dicha hazaña.

El dios de la fortuna no podía creerlo, ¿¡acaso nadie podía ver que Buda era perfecto así como es?! Él no cambiaría nada, en especial esa sonrisa altanera al saber que tenía el poder para hacer lo que quisiera.

Sin embargo, las deidades también tenían el mal hábito de sentirse atraídos hacia todo lo que fuera una tentación prohibida, al tratarse de seres que lo tenían todo al alcance de sus manos y al comando de sus voces.

Sus 'admiradores' tomaban distintas estrategias para intentar llamar su atención, sin importarles si estuviera acompañado o solo, usando la carnada ideal: golosinas.

Los paquetes de pasteles, canasta de galletas, cajas de chocolates y etcétera siempre eran entregados en las oficinas del panteón budista durante sus horas de trabajo. Zerofuku había llegado un día para ver las montañas de paquetes en la oficina del líder filosófico y religioso con la incredulidad escrita en su cara y de paso preocuparse cuando Buda admitía que ya había consumido una buena parte de las entregas del día.

¿¡QUE TAL SI ALGUNA CONTENÍA ALGO RARO QUE LE HICIERA DAÑO O PEOR AÚN ENAMORARSE DE OTRO?!

El Iluminado reía sin malicia escudándose con sus manos ante el ataque de celos del dios mayor; mientras el último le sermoneaba sobre ser demasiado confiado de sus propios poderes y no comprender qué tipo de tretas los dioses podían llegar a cometer para conseguir algo.

A minutos de tranquilizarse el dios albino se disolvía en lágrimas cómicamente, disculpándose por haber levantado su voz al abrazar al humano deificado quien a su vez reía sin reservas asegurando que entendía su preocupación y había tomado las medidas precautorias antes de consumir los regalos.

Zerofuku mantenía su acto de ofendido hasta no recibir un beso entre las risas del Iluminado prometiendo que nunca se dejaría engañar de una manera tan tonta... aunque si se tratase de un dulce de edición limitada y muy raro, lo pensaría. El dios albino sólo se encrespaba ante la broma de la deidad menor que reía sin parar.

Después de ese episodio el dios de la fortuna comprendió que tenía que subir las apuestas con respecto a Buda.

"Deberíamos casarnos, vivir en una casita en la montaña más alta de tu panteón y... tener un bebé," comentó de golpe Zerofuku -meses después del incidente- admirando la reacción de incredulidad crecer en Buda conforme las palabras tomaban peso en su mente, "y no hay nada que negociar." Añadió con una sonrisa tensa en el rostro.

"¿No nos estamos apresurando demasiado con eso último?"
"He dicho: sin negociaciones."
"Jajaja... ¿Zerofuku?"
"Sin negociaciones."

Intenciones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora