The Guardians Of The Four Elements

Introducción: La leyenda de los guardianes.

Los elementos que conforman a nuestro mundo siempre han sido, y serán, protegidos por guardianes.
Ellos asumen esta responsabilidad ya sabiendo lo peligrosa y complicada que puede llegar a ser, por eso, cada cierto tiempo, quienes han llegado a un punto demasiado avanzado en su cargo, ceden su lugar a las nuevas generaciones, ya sea porque su edad les impide continuar con su labor o simplemente porque ya no quieren seguir en este cargo. Y, cuando esto sucede, se procede a comenzar la elección de sus sucesores.

La mayor parte del tiempo los guardianes son personas que presentan cualidades "especiales", por decirlo de alguna forma, ya sea en su sabiduría al tomar decisiones, empatía, capacidad de liderazgo, paciencia y/o autosuficiencia.
Además de estas características, deben ser regidos por uno de los cuatro signos fijos del zodiaco, los cuales son Leo (fuego), Tauro (tierra), Acuario (aire), y Escorpio (agua), entonces, una vez que se seleccionan los nuevos guardianes, se pasa a comunicarles su misión y a ponerles al tanto de los pros y contras de esta. Finalmente, se les pregunta si, aún sabiendo los peligros que correrán, están dispuestos a tomar dicho cargo, y si aceptan, se les hace visible tanto su signo del zodiaco, como el símbolo alquímico del elemento que este rija, de lo contrario simplemente se les hace olvidar dicha entrevista y es como si nada hubiese pasado.
Este proceso es llevado a cabo por 2 ex-guardianes elementales, quienes tienen la capacidad de dar y quitar la vida.
Ellos son los más poderosos y respetados de todos los guardianes, ya que vivieron una de las tragedias más terribles y sobrevivieron a ella, sin embargo pagaron un enorme precio, ver morir a sus compañeros en el campo de batalla, siendo ellos los únicos que permanecieron con vida hasta el final, ya que se transformaron en seres inmortales. Por esta razón, ya no podían continuar siendo guardianes elementales y pasaron a ser guardianes del templo de la muerte y vida respectivamente.
Con este cargo, dichos guardianes también tomaron la responsabilidad de juzgar a quienes se convertirán en sus sucesores, además de comprobar si es que están capacitados realmente para este puesto tan importante.