Capítulo 3: La aparición de Cornelia y el inminente encuentro entre guardianes.

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Con la repentina aparición de un enemigo temido desde hacía mucho tiempo, la elección de los nuevos guardianes se debió acelerar, por lo que los guardianes de la vida y muerte se vieron obligados a marcar de manera forzosa a los guardianes restantes. Y, aunque estaban al tanto de que esto podía traerles más problemas en el futuro, preferían arriesgarse en lugar de no intentar nada, ahora sólo les quedaba esperar que no fueran corrompidos por Cornelia antes de asumir su cargo como guardianes.
Como todo parecía ir bien en un principio bajaron la guardia, pero no contaban con que Cornelia no era el único obstáculo que debían superar. No, todavía quedaba el conflicto inconcluso entre dos de los guardianes actuales, Vincent y Mia.
Aunque el chico se encontraba terriblemente arrepentido por sus actos pasados, jamás había sido capaz de buscar a la muchacha y hacerle saber lo que sentía. Siquiera disculparse.
Básicamente por miedo a la reacción que obtendría de su parte, o que simplemente se negara a escucharlo, lo cual entendería, pero... Era muy complejo, de eso no había duda.
Mia, por su parte, había intentado mantenerlo en el olvido, ya que fue una pésima etapa de su vida, con sólo tenía 15 años en ese entonces, y como si no fuera suficiente, siendo la primera relación de carácter amoroso que tuvo. Estaba de más decir, no fue algo memorable para nada.
Para sorpresa de la joven, una mañana se encontró con una extraña marca en su cuello, primero creyendo que era un tatuaje, pero no recordaba haberse hecho semejante cosa en ningún momento. Tampoco dolía como uno, ni parecía estar dibujado.
Entonces, sus habilidades para manejar la tierra y vegetación que se encontraba a su alrededor se hicieron presentes, primero la planta que tenía en su dormitorio creció de forma desmedida y rompió su propia maceta, envolviendo a medias una de sus piernas. -¿¡Q-Qué carajo!?- Mia observó atónita lo que acababa de pasar, pero, al mismo tiempo que su ritmo cardíaco se alteró, la planta creció más todavía, incluso sus raíces se clavaron en el escritorio de la chica. Parecía responder a sus emociones.

Pasó lo mismo con un árbol que estaba en la calle, justo fuera de su ventana, las ramas estirándose hasta donde ella se encontraba y apresurando el florecimiento de su botones. -¿Qué es todo esto?, ¡Basta!- En ese momento apareció frente a ella una chica que aparentaba unos 10 años. -Trata de calmarte, esto es parte de tu nueva identidad.- La pequeña no era nada más ni nada menos que la guardiana de la vida, ahora en esta forma más joven.

Tras la llegada de Cornelia, gran parte de su energía se fue en proteger dos de los templos elementales, así como terminar de marcar e "iniciar" a los guardianes restantes. Con eso en mente, no era difícil imaginar porqué debía usar un aspecto que requiera menos esfuerzo de mantención. Aún así, Mia seguía sin entender nada, y ahora hasta se encontraba a la defensiva por tener a una chiquilla que ni conocía metida en su habitación. -¿Mi nueva identidad?, ¿De qué estás hablando, mocosa?, sal de aquí antes de que llame a la policía.- Ordenó tajante mientras señalaba la puerta segundos después. -Ustedes realmente se parecen...- Se quejó la mujer al recordar cómo fue su encuentro con Vincent.

Aún con ese mal comienzo, permaneció ahí, decidida en explicarle la situación a la muchacha, por lo que, cuando logró que al fin se calme un poco, empezó a decirle lo mismo que al guardián del fuego. Por desgracia, justo cuando terminaron, y Mia parecía estar considerando acceder, la mujer dijo algo que debió haber omitido de momento. -Creo que sería una buena instancia para aprender más de ti misma y superar ciertas trabas que te puedan estar afectando, dejar el pasado donde pertenece, ¿Sabes?... Vincent, si bien hizo cosas muy cuestionables, parece estar intentando mejorar y ser alguien digno de llevar este título también.-
Cuando Mia escuchó su nombre sus ojos ardieron de ira y odio. -¿Vincent?, ¿Vincent qué?, dime su nombre completo.- Demandó mientras clavaba su mirada en la menor. La mujer se dio cuenta de que fue demasiado pronto y no debió mencionarlo, pero, ya era tarde para retractarse. -Vincent Hudson... tu ex pareja... Pero, é -

Antes de poder decir nada más, la contraria pasó de largo de ella, pisando su escritorio sin importar qué tuviera encima y luego el marco de la ventana con intención de salir e ir por él. -Cálmate, por favor, ustedes son compañeros ahora, deben tratar de poner a un lado sus diferencias y trabajar unidos. / ¡Cállate!- Mia volteó apenas un par de segundo para verla, sus ojos reflejaban a la perfección que nada le haría entrar en razón. Ella quería venganza, y pensaba obtenerla. -No me sigas.- Dicho esto, la nueva guardiana de la tierra saltó y se alejó de ahí.
Su compañera se la quedó viendo desde la ventana y suspiró con pesar, temiendo que acabe haciendo estragos irreparables así como estaba. Por su parte, se encargó de regresar a la normalidad las plantas que irrumpieron en su cuarto, así como el árbol que floreció antes de tiempo, sería un problema si alguien veía todo eso.

Mientras se hallaba ocupada en esa tarea, no podía evitar pensar en la situación de ambos jóvenes, la actitud de Mia le parecía demasiado violenta y rencorosa, pero, no podía culparla del todo tampoco. Entendía su dolor y también su furia hacia el muchacho, sólo desearía que haya algo que pudiera hacer y evitar dicha confrontación.

The Guardians Of The Four ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora