Capítulo 6: No tenemos que acabar así.

118 6 0
                                    

-¡Vincent!, aguanta, ¿Sí?... no estamos lejos del hospital.- Mia llegó junto a él en cuanto logró reducir a su enemigo de forma definitiva, ahora enfocándose en sostener con cuidado al mayor y tratar de marcar con su celular para pedir una ambulancia. Por su parte, el chico levantó la cabeza con dificultad al escuchar la voz de Mia llamándolo. 

No esperaba encontrarla tan preocupada por su estado físico, pero, de todas maneras sonrió cansado y asintió apenas a sus palabras. -R-Relájate, tú me dejaste peor y sigo aquí...- Bromeó tras toser un poco por la hemorragia nasal que le dejó la mujer con los golpes de antes. Mientras tanto, Mia suspiró molesta, aunque también debía darle la razón con eso último. -Sí, pero, no significa que quiera verte de esa forma... Ya no.- Vincent pareció desconcertado por sus palabras, mirándola mejor ahora.

Sin embargo, antes de poder preguntar o decir nada, ella se puso a hablar con quien atendió su llamada, apresurándose en pedir la ambulancia para su compañero tras decirles en qué calle estaban, y haciendo énfasis en que era una emergencia. Al momento de colgar, Mia guardó el aparato en su bolsillo nuevamente. -Vincent, quizás suene absurdo, pero, mientras peleaba con esa mujer, me di cuenta de que en verdad no te odio... No te odio, pero, tampoco estoy feliz con lo que pasó... Sólo... Creo que te guardo rencor.- El joven la miraba en silencio, escuchando atento cada palabra que salía de su boca, y, extrañamente, se sentía en paz con lo que oía hasta el momento.

Por otro lado, Mia prosiguió, usando un tono calmado, aunque su expresión fluctuaba entre alguien cansado de luchar una pelea que acabó hace mucho, y medio resignado a aceptar las cosas por lo que son, ya sólo queriendo avanzar a algo diferente de una buena vez. -Todos tus insultos, amenazas... e incluso golpes... ¡Cualquiera se sentiría como yo lo hice si la persona que amabas traiciona tu corazón de esa manera!- Su voz se alzó al fin, mas no cargada de odio como antes, sino que de profunda tristeza. -Pero, perpetuar esto es sólo estancarse en una página que debí pasar hace rato. Así que, esto termina aquí... Quiero pensar que fuiste honesto con tus disculpas y que en verdad estás haciendo un esfuerzo por cambiar... Ambos, necesitamos cambiar y dejar el pasado donde pertenece.-

Mientras la escuchaba, Vincent hubiera querido abrazarla y agradecerle su decisión, aunque se aguantó lo mejor que pudo, ya que temía arruinar el momento. -Estás en lo correcto al pensar que lamento todo el daño que te hice, jamás quise que las cosas terminaran de este modo, y... te prometo que estoy haciendo un esfuerzo por no recaer en esa actitud nuevamente... Gracias, por intentar creer en mí.- Mia sonrió ligeramente, mas no dijo nada en respuesta después de eso, solamente asintió, dando a entender que estaban en paz desde ese momento.

Poco después, la ambulancia se presentó en el lugar, y con ella, la guardiana de la vida fingiendo ser una enfermera y ayudando a los demás médicos con el muchacho cuando lo subieron a la camilla. Mia la reconoció por su color de ojos, además de la energía que emanaba desde su cuerpo, lo cual ayudó a que se quede más tranquila, sabiendo que ella podría ayudarle a Vincent como necesitaba. Por su parte, la chica se quedó atrás, ya que todavía había algo de lo cual necesitaba encargarse.

La mujer que causó todos esos estragos todavía yacía atada e incapaz de moverse, lo cual no evitaba que siga forcejeando y maldiciendo por lo bajo, aunque todos sus intentos resultaba en un desgaste de energía infructífero al final. En vista de eso, la guardiana de la tierra avanzó hasta llegar frente a ella otra vez, agachándose y quedando en cuclillas para quedar más o menos a su altura. -Ahora es tú turno, dime porque estás haciendo todo esto, y te recomiendo que seas honesta.- La pelinegra la miró respirando un poco agitada por tanto forcejeo, sin embargo, se negó a responder e incluso apartó su rostro de Mia tras algunos segundos. -Si me vas a matar hazlo de una vez, sé que no te faltan las ganas.- Al oír esto, la más joven sonrió de forma tenue y la tomó por el cabello para obligarla a mirar. -Tienes razón, pero, te estoy dando la oportunidad de evitar eso... Así que habla, antes de que lo empiece a considerar más seriamente.- Mientras hablaba, las raíces comenzaron a apretar más fuerte y amenazaban con perforar su piel en ciertas áreas.

The Guardians Of The Four ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora