Capítulo 11:El último guardian aparece.

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Apesar de haberse recuperado de sus heridas más superficiales, los guardianes, continuaban estando en desventaja.
Esto porque aún quedaba más de la mitad del ejército y ellos eran tan sólo tres, además, estaba la posibilidad de que tendrían que enfrentar a Cornelia una vez que derrotaran a sus sirvientes.
Por esta razón habían decidido no utilizar toda su fuerza en vencerlos, pero esa fué una tactica que debieron descartar enseguida, ya que era la única manera de destruír a esas cosas.
Y lo más agotador de este enfrentamiento no sólo radícaba en que resultaba casi imposible tratar de darles la pelea a aquellos soldados, sino que también sus fuerzas decrecían rápidamente y, apesar de que cada vez había menos de ellos, los que ya se encontraban muy débiles se fusionaban entre sí para volverse más fuertes y al mismo tiempo más letales, por lo que era una pelea sin fin.
Cuando ya quedaban sólo cuatro de los soldados los guardianes pensaron que ya estaban cerca de acabar con este encuentro, pero se equivocaban, de un momento a otro los soldados restantes comenzaron a mezclarse entre ellos, se estaban fusionando, al igual que sus compañeros lo habían hecho ántes, sólo que esta vez eran cuatro al mismo tiempo, lo que significaba que sería mucho más fuerte que las fusiones anteriores.
Los agotados jóvenes no podían creer lo que veían, estaban aterrados de sólo imaginarse lo mucho que les costaría matar a éste último monstruo, si esque él no los mataba primero, ya que en su estado actual les sería prácticamente imposíble aguantar lo suficiente como para ganar esta pelea.
Cuando la fusión terminó de concretarse, el soldado se levantó lentamente del suelo, y, mientras lo hacía, les permitía a los guardianes apreciar la magnitud del enemigo que estaban por enfrentar.
Era enorme, por lo menos unos 90 metros de altura.
Aterrado por la ídea de ver morir aplastados a sus compañeros por aquel monstruo, Vincent, creó una especie de muro de fuego entre ellos y el gigante, y, aunque logró hacerlo retroceder, no duraría mucho tiempo, por eso, junto con Mia y Layla, lo reforzaron uniendo sus habilidades, crearon una pared aún más alta de lava, que al secarse se hizo más resistente y así pudieron alejarse de él con mayor facilidad.
Pero no podían dejarlo ahí, ya que podía dirigirse hacia la ciudad y matar a sus habitantes.
Por esta razón decidieron que ya era hora de enfrentarlo, incluso si morían en el intento, de lo contrario esta pelea nunca acabaría y ellos terminarían muertos de todas formas, ya fuera a causa de la fatiga o por algún ataque del enemigo.
Tomada esta decisión se prepararon y se dispusieron a enfrentarlo con todo lo que les quedaba de fuerza física, y esta canalizarla en energía elemental.
Por desgracia nada era suficiente, todo lo resistía, y lo peor de todo era que sus ataques eran cada vez más poderosos y letales.
Los guardianes ya no tenían fuerzas para continuar, y cuando pensaban que todo estaba perdido y ellos acabarían muriendo en el campo de batalla, el último guardian apareció.
Con un sólo golpe derribó al gigantesco soldado y no paró hasta destruir parte de su coraza e incluso arrancarle uno de sus brazos, mientras era observado con asombro e incredulidad por sus compañeros caídos.
Tras esta asaña corrió rápidamente hasta donde se encontraban los demás guardianes y trató de ayudarles a recuperarse, sin embargo el soldado no se lo permitió, se levantó y lo pateó con todas sus fuerzas hacia el otro extremo del terreno.
Pero esto no era suficiente, de hecho no pararía hasta matarlo, al igual como planeaba hacerlo con los demás, por eso blandió su espada y se dispuso a darle muerte con la misma.
Y, aunque estuvo realmente cerca de cumplir con su cometido, no lo logró.
Alguien empujó con una fuerza impresionante al chico del lugar en que se encontraba y tomó su lugar al mismo tiempo que hacía de escudo humano para él, sólo unos cuantos segundos ántes de que esta se dejara caer sobre su cuerpo.
La persona que se había interpuesto entre el filo de la espada y el jóven había sido Mia, esta había atravesado por completo su pecho y debido a eso perdía sangre a montones, sin embargo ella seguía de pie sosteniendo el filo de aquella infame arma con sus propias manos y así impidiéndole al soldado volverla a levantar en contra de sus amigos.
Era muy doloroso y, poco a poco, sentía como sus fuerzas la abandonaban, pero seguía firme en su decisión de proteger al chico.
Por su parte, Alexander la observaba con los ojos llenos de lágrimas y una expresión que mezclaba sorpresa, impotencia, incredulidad y desesperación, toda estas emociones afloraban de sólo ver el filo de la espada sobresalir del pecho de la chica, quien, apesar de estar herida de gravedad, le sonreía ya que no quería que el muchacho se sintiera culpable, ella había tomado la decisión de recibir la estocada en su lugar por sí misma, esto incluso sabiendo que podría morir en el intento.
Pero, algo que Mia y el resto de los guardianes no sabían es que una parte de Alexander aún sufría por un acontecimiento extremadamente traumatico de su pasado, y que, debido a esto, él no soportaba la sola ídea de ver morir a un ser querido frente a sus ojos, no una vez más...

The Guardians Of The Four ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora