Capítulo 8: El templo de los cuatro elementos.

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Al cabo de algunas semanas más, Vincent se recuperó de su pierna sin contratiempos ni secuelas, por suerte siendo una herida relativamente superficial, claro que también hubo un poco de ayuda secreta por parte de la guardiana de la vida. Como era de esperar, no era conveniente que su compañero se mantenga en un estado que pueda considerarse vulnerable con un enemigo como Cornelia suelta y buscando cualquier oportunidad para perjudicarlos.

Por su parte, tanto Layla como Mia habían le habían informado de todo lo ocurrido tras separarse ese día, a Vincent y a la guardiana de la vida. No obstante, esta última no hizo demasiado al respecto, únicamente se limitó a agradecerles su reporte y le dio la bienvenida a Layla, posterior a eso, se retiró y las dejó para que continúen con la visita a su compañero con normalidad.

Esto las dejó medio extrañadas, pensando que tal vez les brindaría algo de información sobre esas personas que Cornelia mencionó a la azabache, pero, nada. -Tal vez no está segura de quiénes son.- Se dijo en voz baja la castaña, aunque no muy convencida de que esa fuera la razón de su silencio. -Nah, creo que sólo no quieren aflojar la lengua con ciertos temas todavía... Pero, no la necesitamos para averiguarlo, ¿O sí?- La pelinegra le sonrió de medio lado disimulada y Mia no tardó en captar a qué se refería.

Ambas volvieron al cuarto de Vincent, donde este se encontraba guardando sus pertenencias en el bolso que le habían traído, además de ya estar vestido con su ropa, listo para salir de ahí cuanto antes. No toleraba los hospitales y esos últimos días ya se estaba volviendo una pesadilla, comida desabrida, enfermeras mal educadas, nulo entreteniendo en la tv, y  lo peor, tener que permanecer entre cuatro paredes sin color. Mia se rió a medias por verlo con tanta prisa por "darse de alta", pero, igual se acercó y le ayudó a guardar sus cosas mientras Layla se encargaba de acomodar las sábanas de la camilla. -Entonces, señoritas, ¿Cuál es el plan?, ¿Alguna idea de qué haremos respecto a esa tal Cornelia?- Layla negó, era importante, sin embargo, también consideraba relevante aclarar ciertas cosas antes de meterse de lleno en su rol como guardianes. -Esa mujer, la guardiana de la vida... Ella mencionó algo de unos templos, ¿No es así?- Vincent y Mia se vieron entre sí. Poco después, Mia asintió y miró a su compañera. -Templos de los cuatro elementos, sí.

¿Pero qué haremos ahí?, hasta donde sé, sólo son espacios que se crearon para resguardar a los guardianes y a sus familiares, creo.- Entonces Vincent interrumpió. -No, hay más... Están los archivos y fichas de nuestros antecesores también.- La menor volteó hacia él un tanto sorprendida, a lo que este explicó que también tuvo curiosidad respecto a estas instalaciones, así que terminó preguntándole a la misma guardiana de la vida en una de las tantas visitas que le hizo para ayudarle con su recuperación. -Wow... En ese caso, supongo que sí sería útil dar un vistazo a ese sitio.-

Layla sonrió animada y se cruzó de brazos tras darle su bolso ya cerrado al muchacho, casi siendo una señal para ir andando mientras hablaban prácticamente. -Está decidido entonces. Primera parada, templo elemental.- Sus compañeros asintieron y fueron con ella, largándose de ese dichoso hospital y alejándose un poco de los demás transeúntes al meterse en un callejón algo estrecho que se encontraba cerca del estacionamiento. Desde ese momento, siguieron las instrucciones de Vincent para invocar las llaves de sus respectivos templos, y, una vez que cada uno tuvo sus respectivas llaves, los tres se tomaron de las manos para formar un círculo.

Debían recitar una especie de conjuro desde ese punto, el cual Vincent inició y fue describiendo a sus compañeras para que puedan llevarlo adelante junto a él igualmente. -Llamamos a las cuatro esquinas, Norte, Sur, Este, Oeste... Cuatro puntos cardinales que esconden en su centro al mítico templo elemental... Solicitamos que abras tu camino para nosotros, oh poderoso recinto del conocimiento y núcleo de nuestro infinito poder.

The Guardians Of The Four ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora