FALLEN |cameron|

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CAPÍTULO 12: Elijo el amor.

Se supone que debería ser una adolescente normal, pero no era así, jamás lo fui. Tengo la sensación que la novela de Daniel, es una historia real, donde yo soy la que debe morir. Quizá debi morir hace tiempo, en aquel incendio, pero Trevor se fue en mi lugar. Pudo haber muerto mi hermana, dos veces, puse en riesgo de muerte a Penn, ella sólo quería ayudarme a descubrir lo de Daniel. También por ese motivo, Thod me ayudó, el fue, y lo pagó con su vida. Quizá todo lo malo que pasa a mi alrededor es mi culpa, quizá haya una forma de terminar con todo. Lo más probable es que no, que no haya una forma. Ahora se supone que mi mente creo un escenario donde Daniel volaba hacia el cielo, conmigo en sus brazos. No, no puedo estar loca.

—Toda mi vida la gente me ha dicho que estoy loca

—¿Lucy?

—Veamos si tenían razón —Me subo al borde de la pared y miro hacia abajo.

—Lucy, no, baja de ahí... —Me doy la vuelta para mirar a Daniel. —Lucy... —Me dejó caer. —¡no! —El corre hacia mi, pero es demasiado tarde.

Cierro mis ojos, estaba lista para morir si eso pasaba. Pero nunca toqué el suelo, unos brazos me rodean y detienen mi caída, me regresan a la torre. Veo el rostro de Daniel, de su espalda salen unas enormes alas blancas y brillantes, cegadoras. Sabía que no estaba loca. Me deja en el suelo, sin soltarme, la luz comienza a apagarse un poco y sus alas se ven transparentes. Llevo mi mano hacia allí, mis dedos las atraviesan, parecen sólo un rayo de sol.

—Siempre serás tu, Lucy... como siempre ha sido —Miro el colgante en su cuello.

—Yo te di esto

—Hace mucho tiempo —Abro el medallón y hay una foto de el y mia.

—Esto es una locura

—Nos hemos enamorado por miles de años, Lucy, no estás loca, todas las visiones del pasado, son reales

—¿Entonces reencarnamos?

—Tu si, yo soy...

—Un ángel

—Un ángel caído —Daniel me acaricia la mejilla, su mano está fría. Se acerca lentamente a mi, nosotros labios están muy cerca y sé que va a besarme, pero no lo hace por que una voz lo interrumpe.

—¡Detente!... —Es Cam. —no lo hagas, Lucy, besalo y morirás —Miro a Daniel.

—Por eso he pretendido alejarte tanto, pero no puedo

—¿No se lo dijiste?

—Lo siento

—No lo creo, no lo creo —Cam se acerca a nosotros. Una tormenta feroz se comienza a formar en el cielo, sobre nosotros.

—¿Todo es verdad? —Pregunto de una vez por todas.

—La maldición es mi castigo por no elegir un bando en la guerra

—Lucy, no lo escuches

—Quédate, Lucy, te elijo a ti, elijo el amor

—Daniel, yo...

—No lo escuches, Lucy, si lo besas, morirás

—No

—¡Lo he visto miles de veces!

—Está vez será diferente, te prometo que será diferente

—¡Está mintiendo, Lucy!, si te quedas conmigo puedo protegerte

—No lo escuches, no escuches a Cam, Lucy, ya has visto mi verdadera forma, ¡esta vez será diferente!

—¡Puedo protejerte!