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CAPÍTULO 4: Talentos oscuros.

Camino por uno de los pasillos del tercer piso, hacia mi habitación.

—Ayúdame, Lucy —Aparece la voz de una mujer, otra vez. Me doy la vuelta y veo a la misma que se apareció en mi cuarto.

—¡¿Qué quieres?! —Pregunto en susurros. —, no sé como ayudarte, lo siento

—Sólo debes darme la mano —Me extiende su mano. Junto el valor necesario para tomarle de la mano a tan horrible criatura pero algo me detiene, una mano en mi hombro.

—Maldita sea, que susto me has dado —Al darme la vuelta, veo a una chica con el cabello corto en forma de hongo, negro con las puntas fucsias, al igual que su vestuario gótico. Ella no habla, sólo me mira. —¿Qué?, ¿no dices nada? —Me empuja y caigo sentada al suelo. Mis libros se dispersan.

—Pobrecita... oww, ¿te caiste?, ¡¿estás herida?!.

—Estoy bien, idiota —Me paro del suelo y recojo mis libros.

—No, claro que no, nunca has estado menos bien en toda tu existencia, venir aquí fue un error

—Meterte conmigo fue un error

—Me das asco, no eres nada, con sólo parpadear y mover tu cabello esperas que el mundo se detenga

—Te enseñaré a cerrar la boca —Algo dentro de mi, una fuerza oscura me empujó a levantar mi mano hacia ella, con tan solo señalar, ella comienza a quedarse sin aire. Sujeta su cuello mientras sus ojos comienzan a abrirse más y más. Bajo mi mano pero aún así ella sigue allí, sufriendo.

—¡Hey, detenganse! —El hombre que me recibió aparece por la puerta detrás de mi. —, ¿qué sucede?

—¡Me está ahorcando! —La chica habla como puede.

—Pero... ni siquiera la estoy tocando.

—¡Deja de fingir ahora o irás a detención! —Decido que es buen momento para soltarla, lo pienso, aflojo los músculos de mi mano y así ocurre, ella vuelve a respirar y el color vuelve a su piel.

—Ella...

—Ni me digas que empezó esto, estoy seguro de que así fue, pero no significa que debas seguirle el juego, pelear es motivo de expulsión, como hoy es tu primer día, entiendo que no hayas leído el código de conducta, sólo te voy a dar un castigo... ¡y tu!... —Le toca el brazo a la chica. —tu ven conmigo, creo que deberás volver a la medicación

Ambos se van y luego de suspirar, miro mi mano, como si allí pudiera encontrar la respuesta de lo que acabo de hacer hace un minuto en aquella chica, pude haberla matado, estuve bastante cerca. Salgo de mis pensamientos y termino de recorrer el pasillo hasta llegar a la escalera que me lleva al tercero, cuando llego, me voy directamente a mi habitación.

Poco tiempo después, la primera clase estaba por comenzar, tomé mi mochila, mi horario y salí de la habitación, antes de ir al aula, pasé por el baño a mojarme el rostro, estar más fresca y despierta para la clase, luego de todo lo que ha pasado últimamente.

Entro al aula y veo a mi hermana sentada junto a una muchacha castaña de gafas, me siento a su lado y la saludo. Nunca fuimos hermanas que se lleven mal, pero respetamos mucho el espacio de la otra y somos tan distintas que no podemos tener una conversación de más de tres minutos. Ambas sabemos que nos queremos y eso es todo, con eso basta.

La clase con la señorita Sophia comienza, intento anotar todo lo que ella dice o lo que aparece en las diapositivas en la pared.

—¿Y si los ángeles vagan realmente entre nosotros?, ahora, aquí en la tierra, esta es la historia de los ángeles caídos, ángeles expulsados del cielo, condenados a vivir la vida al lado de nosotros, simples mortales... exiliados, no escogen un bando en la guerra contra el cielo, de Lucifer... ¿quién me puede decir lo que es la guerra en el cielo?, ¿Thod?

—¿Bien contra el mal?

—No, eso es demasiado simple... Lucifer, era el favorito de Dios, su luz más brillante, ¿qué le hizo estar contra Dios?, ¿alguien sabe?

—¿Qué su novia lo dejó? —Arriane comenta y hace reír a varios.

—¿Qué pasó con los otros ángeles? —Escucho la voz de Luce.

—Aquellos que apoyaron a Satanás, fueron desterrados al infierno, sólo los fieles permanecieron en el cielo, los ángeles que no eligieron fueron expulsados, ellos son los caídos, obligados a vagar por la tierra, algunos de ellos mantuvieron su naturaleza angelical, se arrepintieron y esperan la oportunidad de volver al paraíso, otros, aliados con Lucifer, encontraron placer en la maldad y el caos, pero ninguno de ellos puede abandonar este mundo, a causa de uno de ellos, el ángel rebelde, rechazó a ambos lados de la guerra, tanto a Dios como a Lucifer, todo en su búsqueda de amor humano, los otros ángeles caídos deben continuar en la tierra hasta que elija un bando en la única guerra que nunca se ha librado, la guerra que seguimos viendo cada dia estallando a nuestro alrededor

—¿Cuál bando se supone que es el bueno?, los tres que usted está nombrando tienen razones para llevar a cabo sus planes y conseguir lo que cada uno quiere, de maneras distintas pero los tres quieren beneficiarse, tanto los que se quedaron en el paraíso, como los que bajaron y también los que se quedaron aquí en el medio, es decir, los tres quieren conseguir algo para si mismos —Hablo una vez que hace silencio.

—Bueno, hay diferentes puntos de vista pero seguro que te enseñaron el camino correcto en la escuela dominical

—Es que nunca fui a la iglesia

—¿De verdad?

—Si, mi familia no es religiosa

—Entonces, nunca fuiste bautizada

—No, nunca

—Se supone que terminó la guerra... —Thod comienza a hablar otra vez. —quiero decir, teológicamente hablando, si el diablo sigue vivo, ¿qué le impide volver a intentarlo?

Arriane y el muchacho rubio me miran como si fuera un bicho raro con lo que acabo de decir. Creo que aquí todos han ido a la iglesia y mi hermana y yo somos las únicas que no.

FALLEN |cameron|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora