¿Te amo?

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Fueron unos momentos bastante impresionantes, soltaba entrecortados quejidos, mientras Kaworu me tocaba el miembro y me besaba con euforia, de nuevo sentía el latido de mi corazón. Observaba su mirada lujuriosa, Kaworu subió mi camisa hasta mi barbilla de manera en que mi torso desnudo quedaba a su vista. Esa mirada cargada de lujuria y deseo jamás la olvidaré, quizás tal vez porque de cierta forma me enloquecía pero a la vez me asustaba y me enojaba, esto que me pasaba debería denominarse corrupción de menores, Kaworu era el prometido de mi hermana, Rei. Esto que hacía el prometido de Rei no sería considerado apuñalar a mi hermana por la espalda, tan disperso estaba que no notaba que los toqueteos dejaron de efectuarse. Me acomode de nuevo mi camisa y me quede observando a Kaworu que permanecía en uno de los estantes de los libros contemplándolos, ¿en qué momento me soltó? No lo sé, lo que si se es que no se atrevía a mirarme. Con mucho sigilo trate de salir por la puerta que daba al comedor, pero una mano pálida cerró la puerta.

- Los libros que tienen aquí son muy interesantes ¿no crees?

- Emm, en realidad tenemos libros de biología y cuentos infantiles. No es la gran cosa, papá nos los daban para que nos quedáramos quietos-. Kaworu me sonrío con cierto cinismo.

- Que mediocres son aquí, los libros sirven para aprender no para controlar. Leer es divertido-. Sé que las palabras del prometido de mi hermana, tendrían lógica y hubiera contestado con una leve sonrisa si Kaworu Nagisa no se habría propasado conmigo. Sin más le dije.

- Le diré a mamá.

- No recuerdo haber pedido tu opinión. Dijo Kaworu Nagisa cerrando el libro de golpee. Te he elegido como mi esclavo personal y debes obedecerme.

- Pues yo no lo he elegido a usted, y le diré a mi mamá. Dije con firmeza en mi rostro, no le tenía miedo, esos ojos rojos no me inquietaban cuando Rei se enojaba conmigo y me miraba con esa mirada yo se la devolvía. Miré a Kaworu Nagisa de forma desafiante, él se acercó de nuevo hacía mí, tomo mi brazo con mucha fuerza. Intente soltarme de su agarre pero era demasiado fuerte.

- Escucha bien, estos encuentros quedaran entre nosotros. Piénsalo bien si le dices a Rei lo que hago contigo, le romperás el corazón y arruinaras a tu familia y la mía ¿realmente quiere eso? Negué con la cabeza. Kaworu Nagisa sonrió y me dijo, tomándome la mano.-No la rechacé-. Te perdiste el postre, ¿te gusta el helado de chocolate? Asentí.

Ambos salimos agarrados de la mano hasta la llegada del comedor en la cual mis padres, Asuka, sus amigas y Rei seguían comiendo. En cuanto Rei vio a Kaworu llegar, le sonrió y corrió hacia él y ambos compartieron un beso.

Observe a la chica que se le había caído el tenedor y me miraba boquiabierta, observe su reacción de manera divertida. El café aun seguía en las mismas condiciones con comensales en las mesas, el cajero tomando las órdenes de los clientes los cuales formaban una fila enorme y los meseros apuntando en sus libretes las ordenes de los demás. En verdad pensaba que había pasado más tiempo pero al parecer no, sonreí con cierta alegría aun teníamos tiempo para seguir con el proceso de la historia. La chica dejo caer el tenedor y se paró, haciendo ruido con la silla, me sorprendí un poco. La muchacha tenía una cara de absoluto enojo, algo en mis palabras la había hecho enojar, no la deje de contemplar, es más la mire con cierta gracia. Esa mirada podría ser idéntica a la que los católicos me lanzaban por escribir ese tipo de falacias.

- Usted ¿cree que soy una estúpida?

- ¿Qué sucede?

- Es obvio que lo me está relatando no es una historia de amor o un suceso verídico sino fantasías de pedófilos.

Expiación impuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora