Había intentado convencer a la reina de aquel lugar tan extraño que le diera un barco, incluso amenazó con robar, pero desistió al entender el mensaje que su capitán le había enviado. Si ambos estaban vivos entonces Zoro también lo estaría, Nami y Robin estarían bien seguramente. Se recargó en uno de los rosados arboles relajando su cuerpo por completo, ahora solo tenía que preocuparse de volverse más fuerte y encontrarse con todos en dos años.
Había aceptado el reto de Ivankov de robar los pergaminos para obtener todas las recetas de la isla y en algún punto durante un año se volvió cercano a la reina travesti, después de todo le daba medicina para sobrellevar sus celos, además se sentía aliviado de que todos en aquella isla fueran omegas por lo que solo tenía que cuidarse de que no lo vistieran como una mujer. En algún momento comenzó a aceptar las invitaciones de Ivankov a tomar el té o comer a solas. Sabía que Ivan no quería decirlo en voz alta, pero ya le creía que pertenecía a la tripulación de Luffy.
— ¿Que sucede candy-boy? - Preguntó con curiosidad mientras le servía el té al rubio. — Parece que algo te preocupa.
— Son tonterías, no me hagas caso.
— Oh vamos candy-boy, no creas que puedes ocultar algo a la gran reina Ivankov. - Le dio un sorbo a su bebida exagerando que se había quemado antes de decir que no lo había hecho. — Puedes confiar en mí, mi instinto me dice que se trata de un problema de "amor"
— Ja, amor. Nada de eso, solo es... no importa.
— Si no importara no pondría un semblante triste en tu rostro, seguramente te sentirás mejor una vez que lo sueltes. A veces solo necesitamos sacarlo de nuestro sistema.
— ¿Cómo puedo estar seguro de que realmente siento algo por alguien? Nunca he tenido interés por los hombres. - No era fan de hablar de sus problemas e inquietudes, pero realmente necesitaba sacarlo de su sistema, soltar sus dudas y preocupaciones.
— ¿Qué sientes en este momento? – Preguntó con calma mientras le daba un sorbo a su té.
— Más que nada siento necesidad, mi cuerpo me pide a gritos que esté junto a él, pero no estoy seguro si solo es por ser un omega y él un alfa. ¿Cómo se supone que pueda notar la diferencia entre el deseo y algo más? – Revolvió su cabello frustrado mientras sus ojos se humedecían. — ¿Y si él no siente nada más que eso?
— Puedo ayudarte a averiguarlo. – Dejó la taza sobre un pequeño plato de porcelana. — Pero debo advertirte, será algo permanente, a menos claro, que vengas a mi para cambiarlo de nuevo.
— ¿Cómo podrías cambiarlo Ivankov?
El año restante pasó rápido, quizá demasiado. Mientras el barco se acercaba a las costas del archipiélago se formaba un nudo en su estómago. Ver tantas hermosas damas lo distrajeron por un momento de su objetivo, se desvió persiguiendo a algunas mujeres antes de dirigirse al punto de encuentro llevándose la sorpresa de que el marimo había sido el primero en llegar, casi juraba que todos tendrían que buscarlo por todos los mares antes de poder seguir con su viaje. Se dispuso a conseguir provisiones y como si estuviera escrito que se encontrarían sus caminos se cruzaron, ambos parecían tener algún tipo de telepatía pues comenzaron a pelear nada más encontrarse.
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Skande.
FanfictionQuizá no todos los alfas eran malvados, quizá no todos los omega eran débiles. Todos los personajes pertenecen a Eiichiro Oda