INTRUSO DEL PASADO

LA PRESENTACIÓN TENTADORA

ANTES DE EMPEZAR, QUIERO AVISAR QUE EN LA PARTE DEL BAILE PUEDEN PONER MÚSICA.

QUISE PONER DOS LINK RESPECTIVOS PERO NO LO LOGRÉ. 

PONDRÉ EN NOMBRE DE LA MÚSICA EN LAS PARTES CORRESPONDIENTES POR SI DESEAN ACOMPAÑARLAS, SI NO SIGAN LEYENDO.

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A la mañana siguiente Alex le dijo que su turno iba a ser desde las 14:00 hasta las 20:00, pues tenían clubes que habían reservado mesas para celebrar sus proyectos logrados y esas cosas. Decidió dormir hasta el mediodía, pues estaba cansado por la persecución, y el dolor del abdomen no pasaba del todo, así que decidió dormir.

...

Su respiración estaba agitada, al igual que sus latidos. La brisa era perfecta para calmarse, mientras saltaba de techo en techo, al parecer, su objetivo era atraparla.

Estaba a punto de lograrlo, sin embargo, ella salto hacia atrás haciendo que Gato le diera la espalda.

Este dio vuelta sobre sí mismo para quedar frente a frente y encontrarse con esos ojos que lo embobaban.

Se fueron acercando poco a poco, y cuando sus labios estaban por encontrarse, lo evadió haciendo que este perdiera un poco el equilibrio, pero no lo suficiente para que cayera.

El gato naranja la vio alejarse, mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa llena de ternura.

La alarma sonó nuevamente, despertándolo fuerte, pero esa sonrisa de su sueño seguía dibujada en su cara, sin percatarse obviamente.

Fue a lavarse y alistarse, pero con más calma. Eran las 13:16 recién, tenía tiempo.

Camino lentamente a la taberna, pensativo, aún no la olvidaba, pero una voz lo interrumpió.

- Hola Gato, buenos días – dijo Dulcinea.

Gato se sobresaltó un poco – Hola Dulcinea, buen día, ¿Qué te trae por aquí?, ¿deseas algo? – él no sabía de donde saco tantas preguntas.

- Wow, tranquilo, parece un interrogatorio – dijo con una mala cara, tratando de tener esa sonrisa que se supone que la caracteriza.

- Lo lamento – se apenó Gato – Bueno, debo retirarme, hoy estaré muy ocupado – concluyo.

- Vaya, es una pena – fingió tristeza – Por cierto, ahora trabajo en una taberna – dijo emocionada – Soy bailarina.

- ¿En qué taberna? – pregunto sospechando que ella podía ser la nueva bailarina, aunque a la vez no, pues para su conocimiento, Dulcinea no estaba metida en robos como para que corrieran rumores de ella.