RESPUESTAS ENCONTRADAS

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Ambos caminabas a casa de Emma, descansar era la primera parte, como el postre.

- ¡Emma, llegamos! – anunció la gata negra.

Se escucharon pasitos fuertes que corrían a atender la llamada, que causaron risas en la ahora... pareja.

- ¡Chicos! – Emma gritó feliz por su regreso, pero noto un pequeño e insignificante cambio. Decidió fingir no darse cuenta, pero su interior era una ola de emociones.

Ambos entraron, Lucas y Alex estaban en el sofá.

Lucas había decidido quedarse con sus hijas, dentro de unos días retornaría a sus trabajos, pero las visitaría seguido.

Alex pasaba la mayoría del tiempo con Emma, claro que rogaba que Lucas no lo sacara a patadas.

Ambos gatos se acercaron a saludar y preguntar con les había ido, pero los detuvo el mismo detalle que detuvo a Emma.

- ¿¡Que mierda haces tomados de las manos!? – reprocho Lucas.

Alex estaba en shock, ¿su amigo? Bueno, igual ya se lo esperaba, pero su modo tieso era porque había perdido la apuesta.

- ¡Te lo dije, págame Alex! – gritó Emma.

- No es justo, ¡no vale! – Alex se negaría a perder.

La pareja reía por sus amigos, mientras Lucas esperaba una explicación.

- Lucas – lo llamó Emma – Ya hablé contigo, sabía que esto podría pasar y por eso tuvimos la conversación, ¿o te la recuerdo? – amenazó.

Lucas sabía cómo podía ser su hija con ese tipo de cosas.

Suspiro para poder aceptar lo que estaba sucediendo – Bueno, está bien, pero no te sorprendas si tu noviecito aparece arroyado, no fui yo – advirtió dirigiéndose a Kitty.

Lucas miro a su hija, no le gustaba verla al lado de alguien, no desde lo que pasó.

- Gato, ¿puedo hablar contigo? – pidió Lucas.

- Claro, porque no – respondió Gato seguro y amable.

No era mal candidato para su hija de todos modos, pero le dejaría las cosas claras.

Mientras salían de la casa Kitty gritó.

- ¡No me lo mates! – reía a buena gana.

- ¡No prometo nada! – bromeó, tratando de poner nervioso a Gato, pero fracasó.

Ya alejados Lucas fue quien tomó la palabra.

- Mira Gato, seré claro y resumido, Kitty es una chica magnífica, espero y seas el indicado para ella, no la hagas perder su tiempo – Lucas trató de ser suave, pues al fin y al cabo confiaba un tanto en el gato naranja – Ella es feliz contigo, y lo veo, así que espero y no la decepciones – culminó con una sonrisa sincera, algo raro en él, solo lo hacía con alguien que consideraba ya familia.

- No se preocupe, no me atrevería a lastimarla, nadie lo hará, sé lo que ha sufrido, lo que ha pasado, y no permitiré que vuelva a pasar por tales penumbras – aclaró Gato.

- Más te vale – dijo para acercarse un poco amenazante – Porque si me entero que hiciste algo estúpido, yo me encargaré de ti – agregó para alejarse con una sonrisa inocente, era tenebroso cuando se trataba de sus seres más amados, sus niñas.

Ambos regresaron a la casa, Gato estaba algo nervioso, su suegrito era no tan amable, pero no se quejaba.

Hablaron un poco de lo que encontraron ese día, no fue mucho, pero era muy importante.

INTRUSO DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora