24. Los anillos

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El atraco fue un éxito, en realidad nosotros hicimos prácticamente todo el trabajo, la araña solo nos ayudó un poco a distraer a la gente. Lo hemos notado, son muy fuertes y hábiles sin embargo, aún teniendo en cuenta sus habilidades tan convenientes, no son los mejores encubriendo sus crímenes.

Esta vez no hemos dejado notas y si todo sale justo como lo planeamos, jamás se darán cuenta de que nos robamos cosas, mucho menos de que fuimos nosotros.

Le daré un gusto a Chrollo, se lo debo, después de todo, él es la razón por la cual ahora puedo tener control sobre mi propia vida.

Lo he citado en la cima de una colina cercana a eso de las 5 a.m. Sé que no es mucho, pero tendrá que conformarse, no pienso perder mi tiempo en cursilerías. Me siento a esperar, hasta que siento su presencia.

—¿Qué sucede, _______?— me pregunta, usando mi nombre real.

Observa sus alrededores a la espera de que le revele algo, puedo notarlo, su cuerpo está alerta, su visión aguda y su mente inquieta.

—Ven aquí— le pido con aparente tranquilidad, porque por dentro no sé como hacer esto.

Se sienta al lado mío, no lo miro, no me muevo...

—Anda, dilo, si eres tú quien me ha convocado debe ser algo importante— externa con su suave voz.

No sé... ¿en verdad es esto necesario? Mierda, que se lo debo. Suelto un suspiro, aquí voy, es aquí el punto decisivo, a pesar de que la respuesta es obvia, esto es raro, pues no es un mero trámite, es algo que me roba el orgullo, algo que me obliga a admitir lo que siento de alguna forma.

—Chrollo, sé que no tienes de otra, pero, ¿te casarías conmigo?— pregunto ofreciéndole la caja abierta ya con un par de anillos.

Permanezco aqui, aún sin mirarlo directamente como a la espera de algo nuevo que sé que no llegará, tan solo observando al cielo, tratando de ocultar todo lo que siento.

—Vaya... lo de el anillo más bonito que mis ojos hayan visto no era mentira— comenta y sé que me observa.

Por fin decido mirarlo, seriamente con un toque de escepticismo.

—No podría mentirte...— le digo— Los mandé a hacer con el joyero de la familia, avísame cuando descubras lo que dice— pido, no se lo comunicaré directamente, pero... mierda, me gusta tanto, lo quiero tanto... —. Anda, póntelo.

Niega con la cabeza.

—Serás mi esposa y yo tu marido, colócame el anillo que yo te pondré el tuyo— anuncia.

Con "desgano" pero con el corazón tenso, asiento con la cabeza. Tomo el pequeño trozo de metal finamente tallado y lo coloco en su dedo corazón, él hace lo mismo conmigo.

—_______, ¿te he dicho que eres como un agujero negro?— me pregunta, esta vez recargando su cuerpo con el mío, me limito a negar con la cabeza —. Eres imponente, enigmática, sigilosa y absorbes todo por donde rondas, modificas el pasar de mis horas, transformas mi luz, atrapas mi energía y eres la dueña de mis más grandes ilusiones.

Tan cursi... tan él, tan diferente de su imagen general...

—Tú eres como las estrellas, con miles de procesos acaeciendo en el mismo lugar, evoluciones constantes y un toque de luz— digo de manera simple algo ambiguo, me avergonzaría ser más explícita en lo que quiero decir.

Levanta su cabeza y me da un beso, para luego volver a recostarse.

...

Una vez que el día ha comenzado formalmente tras observar el amanecer, es momento de realizar aquello que me inquieta tanto: decirle de lo nuestro a nuestros equipos de trabajo.

Esta vez ha sido trabajo de Chrollo convocarlos a todos siendo él una de las cabezas de la alianza.

Con el paso de los minutos los chicos comienzan a llegar hasta que están todos aquí. Entonces Lul aclara su voz para llamar la atención.

—Bien, los he llamado aquí puesto a que es algo que le concierne a ambos equipos— anuncia mi prometido —. Kimi y yo tenemos un comunicado importante— agrega extendiéndo su mano derecha hacia mí, pero no la tomó, él simplemente me mira con un gesto comprensivo.

El ambiente se vuelve tenso, todos nos miran y comienza a ser molesto. Específicamente Xaromn me mira de una forma muy extraña intercalando entre Chrollo y yo.

—Pues... básicamente llegamos a un acuerdo— anuncio.

Estrellita asiente con la cabeza, esta vez es él quien se acerca a mí y posa uno de sus brazos detrás de mi espalda, buscando incluirme en esto.

—Kisin y yo nos hemos comprometido— anuncia por fin el líder de la araña.

Actúo como si no me importaran sus caras asombradas y jugadoras.

—Sí, eso, nos vamos a casar y esas cosas— complemento lo dicho por Chrollo, vaya mierda... ahí viene la sesión de preguntas.

1...

2...

3...

—¿Es en serio?— pregunta Askada anonadada, asiento con la cabeza —. Vaya...— susurra con la mirada perdida— te lo dije.

Mi equipo decide acercarse de inmediato, posteriormente son seguidos por el Genei Ryodan.

—¿Cómo mierda pasó esto, Kisin?— me pregunta Nami entre molesta y preocupada, tomándome del cuello.

Pero yo no reacciono, ya me lo esperaba, no me golpeará ni nada, solo esta molesta.

—Mira, solo digamos que Chrollo no es taaan molesto y que me sirve en varios aspectos casarme con él— explico —. ¿Cierto, Lul?— pregunto a mi prometido.

—Sí, ella también me sirve de mucho, me hace feliz— contesta con una sonrisa cínica, que por esta ocasión de verdad me causa un leve sonrojo.

Lo miro con desaprobación, pero no parece importarle.

Nami nos mira como si estuviera incómoda.

—Saben que... son una linda pareja— dice mi amiga rubia —. Solo... Chrollo, le sacas una sola lágrima o una gota de sangre a esta persona sin alma y estas muerto, nadie lo ha hecho jamás y espero no seas el primero— le dice, señalándome.

Me muevo de lugar, no quiero que me fulmina con ese dedo suyo.

Pakunoda y Machi son las que me miran peor que ninguno de los suyos, es como si me estuvieran apuñalando con la mirada. Sé que son las más leales a Chrollo e incluso sospecho que Paku siente algo por él, pero... no sé, se miran raras.

Pero pronto llega Shal.

—Tranquila, no le harían daño a la futura esposa del danchō, esa sería la peor de las traiciones— contextualiza.

—De acuerdo— respondo.

—Mira quien terminó saliendo con el jefe tras decir que era la persona más irritante jamás engendrada en el mundo— me dice el rubio sonriente como siempre.

Viene seguido por Uvo, Nobunaga y Feitan.

—Las condiciones de nacimiento no hacen a la persona— comento con una sonrisa cínica.

—Después de todo, Chrollo logró su cometido, conquistó a la chica del Coliseo— dice Uvo, no sé si de forma amigable o desde una posición de superioridad.

Tan solo los miro, no comento más, no porque me desagraden, sino porque mi energía social está agotada por hoy.

Dejaré a Chrollo morir solo. Tan pronto se da la oportunidad decido salir del salón, prefiero rondar el pueblo a solas en vez de estar ahí.

AKUMA NO GUNTAI. ᶜʰʳᵒˡˡᵒ ᴸᵘᶜⁱˡᶠᵉʳ ˣ ᴸᵉᶜᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora