*Yurielkys pov*
Cuando conocí a Valeria supe que había algo en ella que me hacía quererla de
una manera indescriptible. Y me asustaba. Yo siempre había sido alguien a quien poco le importaba la otra persona, lo tenía todo cuando quería, mis padres podían darme todos los lujos siempre a pesar de ser la hija
rebelde, a pesar de haber sido la más problemática de la familia mis padres jamás me negaron nada. Por eso mismo me importaba nada los demás, como creía tenerlo todo era ignorante y
egoísta.
La noche en la que vi sola a Valeria algo en ella me llamó la atención, y se me
hacía raro estar fijándome en una niña que parecía más perdida e inocente que cualquier persona—Ella no debía estar ahí, sin embargo estaba y yo me había acercado porque necesitaba
saber de la morena—cuando sabía que metros atrás había dejado a dos chicas que me querían.Por supuesto que aquella noche no me tuvieron porque me había pasado el resto con Valeria.
Me parecía tan inocente, tan linda, tan adorable y desde el primer momento en el que la escuché hablar sentí algo en mi pecho, como si ella lo hubiese causado. Me sentía extraña
estando con una niña que claramente no iba a darme lo que yo fui a buscar a esa fiesta. Pero luego de besarla me di cuenta de muchas cosas.
-Luego de que aquel chico la empujara bruscamente y de que uno de los tipos que hacia seguridad en la fiesta me apartara de él, me acerqué a la morena y la llevé al jardín de aquella casa.
—Es un jodido estúpido. ¿Te duele?—Acaricié suavemente su pómulo y la vi
negar lentamente. Se veía asustada y me moría de ganas de abrazarla.
—Solo un poco.—Murmuró apenas sin mirarme.
—¿Segura?—Asintió dos veces.—¿Quieres sentarte aquí?—Miró el banco que estaba detrás nuestro y se sentó con cuidado sobre él. Yo solía ser despreocupada, no me importaba si la otra persona se sentía cómoda o no, y acababa de sentarme a su lado, demasiado cerca.—¿Cómo te llamas?
—Valeria.—Dijo y sonreí. Todavía no me miraba, tenía la vista puesta en el piso y no dejaba de morderse el maldito labio inferior. Me iba a matar.
—Tu nombre es tan lindo como tú.—Dije divertida. Sonreí cuando la vi
ruborizarse un poco gracias a la luz que había en el jardín.—Soy Yurielkys. Y si, mi nombre es tan lindo como yo también, lo sé.—Por primera vez sonrió y me dio una mirada rápida.—¿Qué haces aquí? ¿Estas sola?
—Vine con... Un amigo. Pero él se fue y me dejó allí. Yo quiero irme, pero no se
como llegar a casa.—Si yo antes había pensado que era adorable, ahora... ahora probablemente debería estar cavando mi propia tumba porque me iba a morir de amor.
—Eres jodidamente adorable, ¿lo sabes?—Por dios. Me estaba matando la idea
de besarla, de abrazarla, de darle tanto cariño. Nunca había sentido tanta necesidad de hacer eso.—¿Cuántos años tienes? No sueles estar en estos lugares muy seguido, ¿verdad? —No... Yo... Yo no salgo a fiestas. Es sólo que Richard me insistió, pero es un tonto, me ha dejado allí apenas entró. Y tengo diecisiete.
Me mordí el labio ocultando mi sonrisa y no dejé de mirarla en ningún momento.
—Oh. Eres... una bebé.—Le dije en un tono divertido mientras soltaba una risa y la vi sonreír otra vez.
—¿Tú cuantos años tienes?
—Veinticuatro.
—Ah.—Bajó la mirada, parecía estar pensando y fruncí el ceño viendo su mejilla.
—Eso se está poniendo rojo. Vas a tener un lindo hematoma mañana.—Apreté los labios haciendo una mueca y ella se rió en voz baja.—Pero estoy segura de que aún así te verás linda. Estas temblando. ¿Tienes frío?
Asintió lentamente mientras se encogía de hombros.
—Iré por mi chaqueta, ya regreso, no te va...
—No. No. Estoy bien.—Dudé un poco porque no quería que tuviera frío y mi
chaqueta estaba dentro, no me costaba nada ir por ella. De todos modos me senté a su lado otra vez mientras sacaba la caja de cigarrillos de mi pantalón.
—¿Te molesta si fumo?—Negó y sonreí.
—Puedes hacer lo que quieras.—Guardé otra vez la caja de cigarrillos y me giré a ella sonriendo divertida. Parecía nerviosa y yo quería intentar de dejar de verla como una cosita
tan linda. Por Dios. Debía parar. Esta niña iba a acabar conmigo. De verdad.
—Entonces... ¿Si quiero darte un beso ahora estaría bien? Porque dijiste que
puedo hacer lo que quiera.—Me reí un poco y ella me miró.—Eres muy linda. En serio lo eres.
Me estaba viendo los labios y me salía bastante bien eso de provocar cada vez
que pasaba mi lengua para humedecerlos. Me acerqué a ella con cuidado y no hizo nada para detenerme. Mucho menos cuando por fin la besé. Mierda y re mil mierda. Me encantaba. Me tenía más estúpida que antes.
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Regresar a ti (YULERIA)💜🖤
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