Capítulo 38

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*Yurielkys pov*

No me había costado nada más que unos cuantos besos y caricias para que Mich se durmiera.
Cuando me aseguré de que estuviera descansando cómodamente en su cuna, fui a mi habitación, donde Vale estaba esperándome.
Cuando entré, Vale estaba dándome la espalda, estaba viendo hacia la ciudad por el ventanal que tenía la habitación, las luces estaban apagadas y sólo entraba la luz de la noche, de la
ciudad. Ella tenía puesto el pequeño camisón que tanto amaba y odiaba a la vez.
Me acerqué a ella y la abracé por detrás, no dijo nada, supongo que ya me había visto por el reflejo del vidrio, tiró su cabeza hacia atrás, apoyándola en mi hombro y dejé un beso en su
cuello.
—¿Tienes idea de lo perfecto que te queda esto?—Hablé en su oído mientras dejaba que mis manos vagaran por su cuerpo. La vi sonreír, tenía los ojos cerrados y el pelo hacia atrás.
Subí mis manos por su estómago hasta llegar a sus pechos y una vez más usaba eso sinsujetador. Cuando con mi mano atrapé uno de sus pechos, ella me quitó la mano y se dio la vuelta para mirarme.
—No, mi amor.—Con ambas manos sobre mi estómago me hizo caminar hacia atrás, hasta que caí de espaldas a la cama.—Hoy mando yo. Quítate la ropa.
—¿Pero qué...
—La ropa.—Me ordenó y se giró para ir hasta estar frente al espejo de nuestra habitación.
Me quité los jeans, la remera que tenía puesta y lo tiré todo sobre la alfombra. Vale se acercó a mi otra vez, estaba sonriendo de una manera arrogante. Yo ya estaba prendida fuego y ni si
quiera nos habíamos tocado.
Me apoyé sobre el respaldar de la cama, quedando medio acostada y sentada a la vez. Luego de quitarse las bragas, Valeria se subió a horcajadas de mi y antes de que pudiera decir algo me
besó. Sus labios atrapaban los míos lentamente, pero húmedo y profundo a la vez. Llevé mis brazos alrededor de su pequeña cintura pegándola contra mi cuerpo.
Ella tenía un cuerpo increíble. Había hecho un muy buen trabajo en el gimnasio luego de tener a Michell. Había vuelto a tener esa pequeña cintura, el abdomen plano, las piernas firmes y perfectas. Incluso, su cuerpo era mucho más voluminoso y sexy que antes. Me sentía afortunada de tener una mujer así.
Metí mi lengua en su boca mientras levantaba el pequeño camisón hasta encima de su trasero, el cual apreté y masajeé con mis manos. Sus labios atraparon mi lengua para chuparla, haciéndome gemir satisfecha. Pero cuando creí que continuaría, quitó mis manos de su trasero y se alejó de
mis labios, dejándome con las cejas fruncidas por su repentino acto.
—Sin tocar, Yurielkys.—Intentó salir de encima de mi, pero me senté rápidamente.
—¿Qué mierda haces?—La atrapé entre mis brazos firmemente, atrayéndola a mi y comencé a besar su cuello.
—¡No!—Se rió zafándose de mis brazos.—Te dije que hoy mando yo.—No sé como hacía para pasar de estar riéndose a estar seria y sonar tan decidida a la vez.
Me empujó hasta que quedé de espaldas sobre el colchón otra vez y se quedó sentada sobre mi
pelvis. Tiró del camisón por encima de su cabeza, quedando completamente desnuda. Por inercia levanté mis manos para atrapar sus pechos, pero me detuvo.
—Te diré las reglas del juego. Si me tocas pierdes...
—Tu juego es una reverenda mierda.
—Aún no termino, bebé.—Dijo mientras me ayudaba a quitarme el sujetador, lo lanzó a alguna
parte de la habitación y luego hizo lo mismo con mis bragas. Comenzó a besar mis pechos haciéndome soltar gemidos bajos. Intentaba acariciarla o tocarla de alguna manera, pero no me
dejaba.
Este juego de mierda me desesperaba.

*Valeria pov*

Bajé por entre medio de sus pechos hasta su estómago con besos húmedos y también con ayuda de mi lengua. La escuchaba gemir bajito.
Insistía con querer tocarme y no le permitía aquello, sabiendo que la frustraba completamente.
—Valeria... Basta.—Intentó soltarse del agarre que tenía en ambas muñecas con mis manos para que no me tocara.
—¿Te digo la última regla?—Subí hasta estar hablando sobre sus labios y asintió. Su respiración estaba agitada. Le permití que me abrazara de la cintura un momento.—La que se corre primero pierde.—Sonreí contra su boca.
—Pero no me dejas tocarte, ¿Cómo se supone que...
—Tú relájate.—La besé en los labios por algunos minutos y me alejé cuando comenzó a buscar más contacto con mi cuerpo.
Puse mi una pierna en el medio de las suyas y la otra a un costado, de manera que nuestros sexos se tocaran. La miré y sonrió cuando supo qué haría. Ambas soltamos un gemido cuando me moví un poco.—Suerte, perdedora.—Murmuré mientras levantaba su pierna para poder tener mejor acceso a
ella.
Yuri me sonrió levantando las cejas y la sonrisa se le borró cuando comencé a moverme sobre ella. Separó los labios y cerró los ojos mientras jadeaba. No pude evitar hacer lo mismo por todo
el placer que nos estaba dando.
Sus manos me empujaban las caderas para que me moviera más rápido y lo hice. Ver a Yuri con los ojos cerrados, el ceño fruncido, los labios entre abiertos mientras jadeaba y gemía bajito era lo más excitante que podía ver. Era tan hermosa y ni siquiera estaba intentando serlo. Cuando sonreía luego de escucharme gemir mientras clavaba sus ojos en mi, en mis ojos,
en mis pechos, en mi cuerpo, cada vez que sonreía de esa manera tan traviesa me hacía volver loca.

Regresar a ti (YULERIA)💜🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora