Capítulo 29

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Dani encendió la cámara y apuntó dirección a Yuri, que estaba tomando las dos manitos de Michell mientras caminaba detrás de ella.
La pequeña morena apenas daba dos pasos por su propia cuenta. Ahora estaba intentándolo hacia Sami que estaba sentada en el césped con los brazos abiertos esperando a la
niña. Por supuesto no había peligro alguno, pues Yuri la sujetaba todo el tiempo y cuando no, dejaba sus dos manos listas a los costados de la niña para cuando perdiera el equilibrio.
—Despacio... Eso es.—Le decía Sami cuando Mich con una sonrisa traviesa
se acercaba a ella. La castaña la atrapó en sus brazos cuando Mich dio dos pasos torpes y Yuri soltó una risa porque estaba orgullosa de que su pequeña cada día lo hacía mejor.—En
cualquier momento te vas corriendo, Yurielkys Junior.
—Eso es princesa.—Yuri se sentó al lado de Sami. La niña al volver a escuchar a su madre tiró sus brazos en su dirección para que la cargara.—¿Estás cansada? Aún mo termina la fiesta, bebé.
—No ha parado en horas, Yuri.—Le dijo Sami y Yuri asintió abrazando a
Mich.
—Hoy es el cumpleaños número uno de Michell. Yuri está demasiado feliz y
es una babosa por su hija.
Vale me dijo que cada día que pasa ninguna puede dejar de estar con
la otra.—Se escuchó decir a Daniela.
—¡Hija, vengan, es hora del pastel!—La cámara se giró mostrando a Omaira desde la puerta trasera de la casa Ojeda.
La fiesta era más que nada una reunión familiar y con amigos para festejar el
primer año de vida de Mich. Estaban los Ojeda Goméz, Samilú, Harry y su novio Louis, Tash, Alix, Valeria había invitado a Santi, Megan, Soffy y Daniela.
Llevaban pasando una buena tarde
todos juntos y Michell no paraba de sonreír y reírse de todo.
Los últimos cinco meses habían ido muy bien entre Yuri y Vale, ni siquiera
había alguna discusión, todo lo arreglaban hablando, siempre intentaban estar de acuerdo con la
otra y mucho más desde que habían vuelto a vivir juntas. Esta vez era definitiva, ya no habría más esos estúpidos tiempos, las distancias, los cambio de vivienda todo el tiempo, ésta vez era realmente en serio.
Dani siguió grabando todo el tiempo y entró a la casa detrás de Yuri y Sami.
En la sala estaban todos reunidos hablando. Había un pastel rosado en la mesita de la sala, en medio, todos alrededor, Valeria y Yurielkys con Michell  frente al pastel intentando
detenerla para que no se lanzara hacia la vela rosada con forma del número uno.
Cuando comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños, la niña sonrió mirando hacia arriba a Yuri que le regaló una sonrisa enorme. Valeria se rió ante la emoción de la más pequeña que ahora aplaudía torpemente y se reía también.
Cuando fue el momento de apagar la vela, Valeria le mostró a su hija como
hacerlo, pues habían estado enseñándole a soplar desde hace varias semanas y, una vez más, Michell  solamente formaba un pico y no soplaba. Todos se rieron y soltaron un “aww” al verla hacer aquello. Al final Yuri terminó apagando la vela ella misma y luego puso a su hija frente a
ella para besarle la mejilla.
Valeria sonrió como idiota al ver que Mich  tenía una mano sobre la mejilla de Yuri que le decía algo al oído a la pequeña y luego se reía. Aquel momento fue capturado por fotografías y la cámara de Daniela, donde se veían Yuri y Michell  mirándose mientras sonreían y Valeria a su lado viéndolas a ellas con una sonrisa también.
Era el momento perfecto. Era el momento más feliz para ellos, pues su pequeña cumplía un año de vida. Eso no pasaba todos los días. Yuri no daba más de enamorada por Michell, todo el tiempo había estado con ella. En realidad, últimamente Mich se la pasaba pegada a Yuri, todo el tiempo prefiera estar entre sus brazos que en cualquier otro lugar.
Además de que era preferible que estuviera en brazos a que estuviera gateando, porque desde que aprendió a hacer eso nadie la para. Si la dejaban en el piso tenían que mirarla todo el tiempo porque en un segundo desaparecía y al otro Valeria y Yuri estaban buscándola.
—Tengo mil fotos de este momento.—Dijo Samilú dramáticamente.
—Y yo lo acabo de grabar.—La voz de Daniela se escuchaba otra vez.

*Valeria pov*

—No puedo creer que pasó una semana de eso.—Dije mientras apagaba la
computadora que estaba en mis piernas. Yuri tenía un brazo sobre mis hombros y estaba besándome la mejilla.—No quiero que crezca.
—Ojalá pud...—Ambas nos giramos hacia el pasillo que daba a las habitaciones al sentir un ruido.
Busqué a mi alrededor. Mich  hace unos momentos estaba sentada en la alfombra con sus juguetes. No estaba por ninguna parte y por inercia Yuri y yo nos levantamos del sillón rápidamente para ir hasta el pasillo.
Yuri entró antes que yo a su estudio, la puerta estaba abierta apenas. Oh
Dios.
—¡Michell! ¡Valeria! ¡no!—Entré rápidamente y me cubrí la boca con mi mano.
Michell  estaba sobre la pintura en la que Yuri estaba trabajando. Tenía las
manos manchadas de la pintura fresca. Al parecer había logrado tirar el caballete y se había subido encima. Yuri tenía una mano en su cabeza y me miró con el ceño fruncido. Estaba
enojada. Fui por Mich rápidamente y la cargué con cuidado de que no me manchara y salí del estudio de Yuri mientras la escuchaba hablar sin parar.
—Dios, hija... arruinaste todo el trabajo de mamá.—Dije más para mi misma.
La llevé al baño y preparé su bañera para darle una rápida ducha, pues estaba llena de pintura en la cara, las manos y ni hablar de la ropa.
Mi hija estaba feliz de estar en el agua, se reía sola y balbuceaba cosas sin
sentido mientras la bañaba. Gritaba “Ma” llamando a Yuri, pues le decía así más a ella que a mi. Pero Yuri no apareció y no iba a aparecer. Debía estar furiosa.
Algunos minutos después, cuando terminé de bañarla, la sequé, la llevé a la habitación y busqué ropa limpia, luego la vestí y la cargué para volver a la sala. Seguía balbuceando cosas y riéndose sola mientras yo caminaba con ella. Me hacía reír porque parecía
que me contaba algo cuando balbuceaba.
Yuri estaba sentada en el sillón con los pies sobre la mesita de vidrio, tenía su
teléfono en las manos y se veía seria. Ni siquiera se giró a mi cuando entré a la sala, ni cuando me senté a su lado con Michell en brazos, que apenas la vio casi se lanzó sobre ella, pero Yuri
ni la miró.
—Yuri, no puedes enojarte con ella, sabes que no quiso hacerlo.
—¡Llevaba semanas trabajando en esa mierda!—Se quejó. Miró a Mich y
suspiró negando mientras volvía su vista a la pantalla del teléfono.—Y tu deja de mirarme así.—Sabía que se lo había dicho a nuestra hija que seguía intentado llegar a ella.
—Va a llorar.—Le dije un poco molesta al ver que no tenía intención de mirar a
nuestra hija. Intenté sentar a Michell, pero dicho y hecho, comenzó a llorar cuando Yuri siguió ignorándola.

Regresar a ti (YULERIA)💜🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora