Me desperté un poco acelerada al escuchar un grito de Mich. Yuri se quitó de mi rápidamente y yo fui hasta la cuna. Suspiré pesadamente y mareada por el repentino movimiento.
—Dios. Me asustaste.—Dije tomándola en brazos. Ella calmando su llanto, el cual era bastante dramático, ni siquiera lloraba con fuerzas, sólo lo hacía para llamar la atención. La conocía tanto.
—Mierda.—Dijo Yuri apretando los ojos. Vi en reloj antes de regresar a la cama.
—Aún falta una hora para tus calmantes.—Le dije mientras acostaba a la bebé en medio de nosotras, me puse de costado, frente a ella y cuando ya estaba tomando de mi pecho, me fijé en Yuri.—Lo siento. ¿Te hiciste daño?
Suspiró volviendo a acostarse, se acercó más a Michell, ella estaba casi apretada entre nosotras, pero sin hacerle daño, por supuesto. Llevé mi mano a su cabeza para tirar sus cabellos hacia
atrás, ella aún estaba adolorida, me imaginaba el dolor en su cuerpo al haber sido despierta de esa manera.
—Linda manera de despertarnos, eh.—Murmuró para Mich y dejó un beso en una de sus sienes antes de fijarse en mi.—Estoy bien, sólo me asusté.—Asentí.
—Yo también.—Amabas bajamos la vista a nuestra pequeña que se alimentaba tan rápido que hasta dejaba caer un poco de leche sobre la comisura de sus labios haciéndome sonreír.
—¿Cómo dormiste?—Volví a fijarme en Yuri que estaba apoyada en su codo, con su cabeza sobre su mano.
—Muy bien.—Ella sonrió.
—Casi se me olvidaba lo cómoda que eres para dormir.—Dijo entre sonrisas antes de besar mi mejilla.—Gracias por quedarte, Vale.—Juntó nuestras frentes. Me hizo sonreír cuando besó mi nariz en lugar de mis labios, donde creí que me basaría. Ella estaba dándome espacio, ella no se aprovechaba de esto y me hacía sentir segura de que estaba bien no alejarla de mi.
—¿Te duele mucho?—Pregunté cuando la vi hacer una mueca al regresar a su lugar.
—Si, mucho.—Miré a Mich que seguía comiendo y sonriendo al ver a mi pequeña tan concentrada, regresé mi vista a Yuri.
—¿Quieres ponerte boca abajo? Puedo masajear tu espalda.—Ella sonrió divertida.
—¿Eres multifunción ahora?—Rodé los ojos riendo y la vi darse la vuelta. Puso su cabeza sobre la almohada mirando en dirección a Michell que al escuchar un leve gemido de dolor de Yuri dejó mi pecho para comenzar a buscar el sonido. Rodé los ojos cuando Yuri la giró para que estuviera frente a ella.—Hola, princesa gritona.—Le dijo haciendo su voz más finita. Michell subió torpemente su manito a la mejilla de Yuri.
Observando como las dos estaban babeando por la otra, me ocupé de sobar suavemente la espalda de Yuri, más de una vez suspiró relajándose. Aún faltaban algunos minutos para sus calmantes y no podía tomarlos antes o después del horario que le había dicho el médico.
No podía dejar de sonreír al ver a Yuri frente a Michell que ahora había comenzado a hacer ruidos con su boca y jugar con sus propias manitos sobre Yuri.
—Te amo.—Le dijo antes de besar la pequeña nariz, recibiendo otro sonido de parte de mi hija.
Mis movimientos se habían detenido sin darme cuenta. Nunca la había escuchado decirle aquello
a mi pequeña, y para mi, era algo tan hermoso de oír. Casi estaba a punto de perder mi corazón,que parecía querer salir de mi pecho.
Al ya no sentir mis masajes en su espalda, Yuri levantó su mirada a mi, pero sonriendo. Sin darme cuenta tanbién estaba sonriendo.Como dije antes, ella estaba haciendo desastres en mi. Y yo no podía hacer nada para detenerla,ya era tarde. Y todo había pasado tan rápido.
**
—¡Ese es tu puto problema, John! Yuri estaba en la cocina hablando por teléfono con ese tal John, que con apenas haber saludado a Yuri comenzó a recibir gritos e insultos de la oji negros.—Dios. Eres un imbécil. No se para qué demonios te pago un maldito sueldo... ¡Pues soluciónalo! Iré en dos días, más te vale tener todo en orden.
Al instante entró a la sala suspirando con frustración. Me quedé cerca del ventanal, donde había estado desde hace un rato viendo la ciudad que estaba siendo atacada por la noche, las luces rojas de los autos, personas caminando, algo de viento y por supuesto, el sol escondiéndose.
Miré a Yuri, su rostro se suavizó al estar a mi lado y cargar en sus brazos a Mich que aún estaba despierta. Me gustaba saber que ella era una persona tan diferente con nosotras a diferencia de cuando trataba con otras. Ella suavizaba sus rasgos, se relajaba y sonreía.
—¿Estás bien?—Pregunté mientras la seguía hasta el sillón de cuero. Asintió acomodando a Michell en su pecho.
—Siento si escuchaste todo eso.—Me encogí de hombros.—Me han arruinado una pintura que estuve meses haciéndola... Ellos las enmarcan, las protegen dependiendo a donde tenga que enviarlas y las cuidan hasta ese momento. Y la han arruinado.—Volvió a suspirar.
—¿Y no puedes arreglarla?
—Si, no lo sé. Tenía que enviarla en tres días y eso va a ser imposible. Tendría que volver a hacerla, no puedo hacer nada encima. –Asentí. Entendía poco sobre aquello. Así que solo asentí.
—Yuri, tranquila.—Hice que me mirara cuando estaba apretando sus puños.—No puedes enojarte tanto por eso. ¿Tan malo ha sido?—Asintió.—Estoy segura de que vas a poder solucionarlo.
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Regresar a ti (YULERIA)💜🖤
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