Capítulo 31

2.3K 62 3
                                    

*Yurielkys pov*

Mich  me gritaba “Ma” llamándome como siempre, así que dejé la cocina
rápidamente para ir hasta su habitación, donde la había dejado jugando con algunos juguetes.
Al entrar vi que había sacado todo lo que pudo del enorme cofre donde tenía
todos sus juguetes.
—Que desastre hiciste.—Bufé cargándola.—Vamos por algo de comer, ¿Tienes hambre?—Le pregunté y me dio la misma sonrisa encantadora de siempre.
Vale se había ido hace ya dos horas a reunirse con sus padres, así que me
quedé con Michell  en el departamento. Me preguntaba como le estaría yendo. Ella estaba nerviosa y yo también. ¿Qué iban a decirle? No había duda alguna sobre que sus padres me odiaban. Aunque la verdad era lo que menos me importaba. Valeria. Ella me importaba y no quería que salga lastimada otra vez, no quería saber que ellos le llenaban la cabeza con cosas estúpidas sobre mi, como siempre lo habían hecho.
Mich  gritó otra vez sacándome de mis pensamientos. La dejé sobre su sillita de bebés y ella comenzó a dar golpes sobre la mesa haciéndome reír.
—Tienes hambre, ¿verdad? Pero no sé cómo hacer esa leche que mamá te da,
así que... Una dona estará bien. ¿Quieres una?—Le di la mitad de una dona bañada en chocolate y ella la tomó con ambas manos, llevándola hasta su boca. Solté una risa cuando se ensució toda en apenas unos segundos que llevaba comiendo aquello.—¿Y qué tal un zumo de frambuesa?—Volví a hablar sola.
Le acerqué el sorbete ya metido en la cajita del jugo y como si supiera qué debía hacer, luego de observar unos segundos, succionó probando el jugo.
Se alejó mostrándome una sonrisa, con eso me decía todo, le gustaba.
—¿Está rico?—Me apoyé sobre la mesa, a su lado, con ambos codos y la miré
mientras comía. Algunas veces me acercaba la dona a la boca para que yo también comiera, hablaba sola, se reía y como siempre, me golpeaba también.
El timbre sonó y luego de besarle la cabeza a Michell fui a ver quién era.
—Hola perra.—Tash entró luego de darme un abrazo apretado y un beso molesto en la mejilla, sólo para joderme, como siempre.
—¿Cómo estás, Tash?—Pregunté caminando hacia la cocina.
—Bueno, amiga... que decirte, perfecta como siem... pre.—Sonreí cuando miró a Mich.—¿Qué le pasó en la cara, las manos y la ropa?
—Le di una dona. Tenía hambre.—Me encogí de hombros.—Es que no sé
preparar la leche que Valeria le da.
—Serás imbécil,Yuri. ¿Dónde está Vale? ¡Te va a matar cuando la vea así!
Solté una risa encogiéndome de hombros.
—Pero le gusta, mírala es feliz.—Mich nos miraba mientras comía de la
dona.—Ah y Vale está reunida con sus padres. Ya vendrá, supongo.
—No pensé que se verían tan pronto. Espero que le vaya bien.—Habló mientras le daba un poco de la cajita de jugo a Michell. Asentí de acuerdo, realmente quería que todo estuviera bien.—Hey, ¿Y ya hablaste con Sami?
—No, mañana en la mañana voy a despertarla y luego vamos donde
quedamos.—Asintió.—Estoy nerviosa.—Me mordí el labio.
—¿Por qué? No es nada, vamos a estar allí y luego serán sólo ella y tu.
—Claro, lo dices porque no serás tu la que le pida matrimonio.
—Olvídalo. Nunca voy a casarme.—Rodé los ojos.
—Yo también dije lo mismo alguna vez.
—Pero yo me mantengo firme con lo que digo y tu hija se está durmiendo.
—Tiene la cara llena de chocolate. Dios.—Solté una risa y la puerta principal se
abrió.
—Es Valeria, creo que van a querer hablar, yo me voy. Sólo estaba de paso. Nos vemos mañana.
—Bueno. Gracias por tu visita, fue lo mejor del día.—Dije con sarcasmo.
—Te vas a la mier... Hola Vale, ¿Cómo estás? Yo bien. Gracias. Mira tu hija se
está durmiendo sentada.
—Hola Tash...—Camila me miró confundida mientras seguía a mi amiga hasta la puerta.
Luego de despedir a Tash, volví a la cocina y Valeria tenía a Michell en brazos, le estaba limpiando el chocolate de la cara.
—¿Qué le diste? Mira está llena de chocolate, ¿Y qué es ésta ropa,
Yuri?—habló en voz baja. Solté una risa encogiéndome de hombros antes de darle un beso en los labios.
Michell  tenía unos pantalones de jeans celestes y una remera negra que le
quedaba varias tallas más grande, también unas zapatillas grises. Lo había comprado a propósito sin que Valeria supiera. Toda la ropa de mi hija era rosada y blanca. Rodé los ojos con solo
recordarlo.
—Se la compré, mírala está genial. Y le di una dona con chocolate, por eso está
toda sucia.—Solté una risa.
—Parece una vagabunda, Yurielkys.
—¿Me estás diciendo vagabunda? Porque yo uso ropa grande.—Me crucé de brazos.
—Mejor cállate y llévala a la habitación mientras voy por ropa limpia.—Asentí
cargando a Mich y la llevé a nuestra habitación.
Algunos minutos más tarde, Vale estaba acostando a nuestra pequeña en su
cuna. La había limpiado y vestido con ropa limpia.
—¿Por qué su habitación está hecha un desastre?
—Le dije que no desordenara nada, Valeria, pero es desobediente. Cuando vine por ella todo estaba así.—Negué y ella sólo rodó los ojos saliendo de la habitación. La seguí, por supuesto.—¿Y cómo te fue?—La vi salir al balcón, justo donde daba el sol. Soltó un suspiro mientras yo salía detrás de ella y sin decir nada se giró a mi y me abrazó, escondió su rostro en mi pecho. Me quedé en silencio abrazándola también. Quería hacerle saber que estaba allí.
—¿Quieres hablar sobre eso?—Murmuré antes de besar su cabeza. Ella se separó un poco de modo que podía verme y asintió.

Regresar a ti (YULERIA)💜🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora