𝟎𝟑 : 𝐮𝐧 𝐟𝐢𝐧𝐝𝐞.

408 45 2
                                    

𝟷𝟿 𝑑𝑒 𝑎𝑏𝑟𝑖𝑙, 𝟸𝟶𝟸𝟹

𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒂 𝑨𝒓𝒓𝒊𝒆𝒕𝒂.

Ya se nos había hecho costumbre vernos después de las tres de la tarde en el departamento con Marcos.

Cada día me levantaba esperando que llegue su mensaje, sus te extraño o solamente el horario... Yo ya sabía dónde tenía que ir.

- ¿Que te pasa? - pregunta, Santiago un tipo de chongo o amigo con derecho, sacándome de mi trance.

- Nada, estoy cansada. - le digo sin querer dar tanta explicación en realidad.

El había caído a mi casa sin avisarme y la verdad yo solamente estaba esperando el mensaje de Marcos, que presentía que podía llegar en cualquier momento.

A Santiago lo quería solamente para tener relaciones, nunca hablamos de más, solamente nos veíamos en mi casa o la de el y era menos de tres horas. Siempre fui clara con el, pero el insistía en sacar conversación todo el tiempo.

El colágeno no funciona, me cansa.

- Camila, si no queres que esté acá decimelo. - lo miro con las cejas levantadas, incrédula de su tipo de planteó. - Me estás mirando con cara de orto desde que llegué.

- porqué venís sin avisar, y yo creo que está todo más que claro como son las cosas acá. - nos apunto a ambos y el solamente ríe.

- Bueno, a mi no me gusta esto... - hace lo mismo que yo, señalarnos a ambos, de manera sarcástica. - Me siento una poronga de plástico. Ni como estás me preguntas, Camila.

- Siempre te deje claro todo. - le resto importancia.

- Yo quiero conocerte un poquito más, saber con quién estoy cogiendo al menos.

Lo miro sin ganas, no le contesto nada. No tenía nada que decir.

Desde que nos conocimos, hace más de seis meses, le aclare en todo momento que era un tocó y me voy constante. Que yo no tenía tiempo para conocer a nadie, tampoco quería y el estuvo de acuerdo en todo momento. Era sacarse las ganas.

Santiago se levanta del sillón y se va, sin más. Es mejor así, que estar rogando atención. Me parecía un pibe hermoso y bueno, pero me gusta más lo prohibido.

Agarro mi celular apenas suena, con la ilusión de que sea Marcos, pero era Micaela queriendo que la llamé.

- ¿Qué pasó? - es lo primero que digo apenas ella atiende.

- Nada, te extraño. - es lo que dice.

-Yo no, esperando llamada para ir a coger. No poder atenderte yo. - la jodo. Ella ríe. Cómo hace siempre que digo una mínima palabra, ella es mi aliento a ser como soy, una boluda.

- Okey. ¿Santi? - pregunta.

- No, se acaba de ir enojado el.

- ¿Eh? Pobre, nene.

- Vino sin decirme... Quería que le dé atención cuando estoy esperando la señal de mi imposible para que me haga lo que yo le hago a Santi.

- ¿Y que le haces a mi pobre angelito vos?

- Cogerlo sin preguntarle ni como está. Hoy me lo planteo y yo juraba que estaba todo bien, pero no. Y cierta razón tiene, pero tiene que ser como yo... Conformarme con poco, solamente para tener un mínimo de atención.

- sos una boluda ¿Lo sabes?

- Obviamente, pero al menos no veo posibilidades donde no las hay.

- no puede ser que seas así de fría.

- Bueno, la vida... - hago un chiste y ella rechista.

Me acostumbre a ir por la vida sin esperar nada de nadie, sin ver posibilidades donde no las hay. Solamente viviendo el momento y que pase lo que tenga que pasar, después veré si valio la pena o no. Mientras disfruto.



════ ⋆★⋆ ════

marcosrojo vía instastories.

marcosrojo vía instastories

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



════ ⋆★⋆ ════




Suspiro repitiendo por quinta vez la historia de Marcos, no podía creer que a ese hombre yo lo había puesto de rodillas.

Era una cosa de locos, cada día estaba más enamorada de su físico y de como es en la hora del sexo. Podría vivir cogiendo con el, que me boludee todo lo que quiera, yo solamente quiero que me coja.

Sin pensarlo dos veces marco el número del seis de Boca Juniors, quien no se tarda ni un segundo en contestar.

— ¿Qué pasó? — es lo primero que dice, ruedo los ojos. Que mal educado este hombre.

— Hola, buenas tardes para vos también.

— Camila te dije siempre que yo te llamaba o hablaba primero. — me vuelve a explicar lo que siempre me explica.

La verdad me chupa un huevo, soy escorpiana.

— Si, ya se... Tengo una idea.

Suelto sin más, con los nervios carcomiendome por dentro. Pero el que no arriesga no ganó, aparte tengo las de ganar siempre o al menos está vez tenia esa certeza.

— decime...

— Estas peleado con tu mujer, yo estoy sola... — hace un sonidito con la boca afirmando. — nos tomemos un finde...

Mi panza se pone dura, la garganta se me seca y cada segundo que pasa Marcos sin responderme lo siento como una hora.

— ¿Eh?

— Así como escuchas... — me tomo un segundo para pensar para explicarle bien el tema. — seamos novios por un fin de semana, para sacarnos las ganas bien y después no nos volvemos a ver más. Un ratito y chau, porque si seguimos así vamos a terminar mal.

— ¿Una despedida, Camila?

— Si, Marcos. Me encanta estar con vos, pero se está volviendo cada vez más seguido y vos a tu mujer no la vas a dejar, y yo ilusiones ya me estoy haciendo. Así es mejor.

— Bueno...

¿Dijo bueno? ¿Como así?

— ¿Bueno, qué?

— me hace falta relajar un finde, más si es con vos.

— ¿Viste porque no nos tenemos que ver más, tarado?

— Pero... — se ríe, con un poco de ronques y yo ya me encuentro mojadisima. — yo no hice nada, Camí.

— es que tiras esos comentarios que me dejan desconcertada, después te reís así y yo me imagino tus ojitos chinos. Yo no me quiero enamorar al pedo, entonces una despedida linda y listo... ¿No?

— yo te quería ver siempre, si vos decis que así es mejor.

— obviamente.

Seguimos hablando por bastante tiempo, planificando todo. Teníamos la ventaja de que Marcos justo estaba en una crisis muy grande con su esposa y estaba durmiendo en la casa de su mamá, así que podía hacer lo que quisiera sin tener que dar explicaciones.

Necesitaba que saliera a la perfección.

Un finde ; Marcos Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora