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Idaly

2 semanas antes del intercambio

Mi mañana no ha sido del todo buena, la he cagado a mil. Este no es mi primer año universitario de la carrera, pero tampoco el último, de hecho, pedí un intercambio a principios de año y no ha sido muy bueno, por una parte, en mi anterior país tenía a mi novio, Mike, era un chico de la misma carrera de arquitectura, el típico chico popular que cualquiera quisiera tener, atlético, guapo, bien vestido, adulador, pero tenía algo que si le llegabas a conocer era del asco, la estabilidad emocional, era un maldito chantajista.

— No puedes estar hablando enserio Idaly, nadie me termina dejando, es todo lo contrario soy yo quien deja a las mujeres, no ellas a mí —su expresión de horror y ofensa hace que llame la atención de los demás estudiantes.

— Que no te estoy dejando Mike, te he dicho que he pedido un intercambio sin saber que me ganaría el puesto con mi proyecto, es Italia, uno de los países más hermosos en su arquitectura e historia, es un sueño, no quiero renunciar —me desespera el hecho de que no entienda que este intercambio y el proyecto lo llevo esperando desde que entré a la carrera y supe de él, lo esperaba con ansias y de que haya logrado ganar es maravilloso, para mí... pero no para Mike.

— Es que no, no quiero que vayas, me dejarás solo y lo más seguro es que conocerás a alguien más allá, muchas mujeres dicen que los italianos son muchos más guapos, entran en la categoría junto con los franceses, no Idaly, te prohíbo que vayas —me agarra de la mano ejerciendo presión, y me estaba exasperando de no meterle una golpiza. Podía ser tan idiota a veces.

— ¿Pero si intentamos una relación a distancia? Haremos que funcione, a muchas de mis amigas les ha resultado ese tipo de relación, así ninguno de los dos dejará de hacer sus cosas y estaremos juntos, podremos programar hasta citas virtuales, ¿Que dices? —con mi otra mano libre le agarro la que me tiene tomada de la muñeca y la acarició levemente.

— Una relación a distancia estás de broma, ¿no? —me suelta de mala gana y se pasa una mano por su cabellera rubia.

— Pues no, tu no quieres terminar y yo tampoco, te amo muchísimo como para terminar, pero tampoco quiero dejar pasar esta oportunidad, lo más seguro es que no se presente a futuro otra vez —tomó suavemente parte de la manga de su camiseta para que se digne a mirarme — Anda, piénsalo, haremos que resulte.

Antes de que él me respondiera pasa Annais, la chica que parece modelo de la facultad, estudia moda y por las obvias razones me comparo con ella... ella alta y rubia, yo soy bajita y de pelo castaño, un color chocolate, ella delgada y yo rellenita, ella de tez muy blanca y de ojos verdes y yo no tan blanca, dentro de lo normal creo yo y de ojos cafés claros, mi mejor amiga dice que parecen agua de caca, siempre bromea con eso porque mis ojos son grandes a comparación de ella que es asiática.

Una Clase de ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora