Roboto y el profesor se sentaban en aquella sala de espera tan neutra, los panfletos y las revistas qué todos ignoraban, mientras Roboto solo jugaba con aquel pequeño droide de reparación tratando de apilar una pequeña pila de bloques qué el solo iba escalando hasta que finalmente colapso, cayéndole todo encima.
–Bit –le dijo Roboto algo asustada–
El pequeño droide se levantó en silencio, yendo con el profesor quien lo guardo en la bolsa. Tratando de ignorar la tensión qué le generaba aquel predicamento, la androide, viendo en el reloj hasta que finalmente la pantalla mostraba su nombre.
El profesor se levantó para ir con ella hasta la puerta, tratando de mantenerla calmada, le abrazo con fuerza y la dejo pasar sin preocupaciones, la doctora se quedaba ahí sentado con su tabla y una pluma negra con detalles plateados, sus lentes redondos qué adornaban bien su rostro tan fino y delicado a la vez que fuerte, resaltando sus ojos marrones qué no hacían más que inspirar confianza. Ella reviso rápidamente la lista, de inmediato pidió que se sentará y se relajara por un instante.
–no hace falta decir que tu caso es algo particular para mi, pero empecemos bien esto, mi nombre es Shizune Otomatsu ¿Y el tuyo?
–Roboto Goto.
–cuanto menos apropiado.
Roboto vio con cierta molestia a la mujer y de inmediato ella retrocedió prefiriendo empezar con eso.
–¿qué sueles hacer en tu tiempo libre?
–Normalmente dibujar, no me sale tan fácil como todo lo demás, así que me divierto haciéndolo.
–¿cómo que te sale fácil?
–soy una androide mi cuerpo ahora mismo está adaptado para los deportes, puedo hacer cálculos complejos en menos de un respiro, mi memoria es perfecta también.
–articulas muy bien tus respuestas Roboto ¿puedes decirme con son las cosas en tu escuela?
–es normal supongo, todo lo que puedo esperar lo tengo ahí. Pero no me estreso tanto por mis notas.
–¿han dicho algo sobre ti?
–bastante de hecho, al principio solo lo mantuve oculto, pero se volvió un secreto abierto y simplemente decidí vivir con eso, total no cambia nada.
–¿alguien te ha molestado por ello?
–no, ya me encargue de eso.–¿alguien te ha molestado?
–por favor no, no ocupo al profesor encima después de esto.
–no pasará nada, no estoy permitida a entrar en detalles con alguien más que tu.
–en ese caso… si hay alguien, un chico que no es de mi salón y de alguna manera supo que era una androide antes que el resto.
–¿no apareciste en las noticias ni nada?
–en la televisión y demás, no, básicamente solo es el gobierno, Kurosu y todos los que ayudaron a crear mi cuerpo sabían de mi, no entiendo como alguien más pudo averiguarlo así de rápido, no lo entiendo.
–¿Te sientes avergonzada?
–¡claro que lo estoy! Se supone que nadie debía saber, se supone que nadie iba a notarlo. no soy humana, pero soy muy diferente al resto de los androides. Si no soy ni una ni la otra ¿qué se supone que soy? Me creó sin tener idea de que estaba haciendo.
Roboto empezaba a llorar entre aquel llanto frágil, Shizune le ofrecía un simple pedazo de chocolate para consolarle.
–creo que es por eso que te da tanta libertad sabes. Él sabe bien qué tu eres muy diferente a cualquier cosa –explicaba ella– y puedo ver bien que él si se preocupa, después de todo él te trajo aquí, incluso adelanto la sesión qué tenía acordada para dentro de unos meses.
–pero aún así, solo quisiera que él…
La sesión seguía, la doctora escuchaba pacientemente lo que Roboto tenía que decir, apuntando cuando debía, era cierto que era una situación extraña para ella, pero no podía ver más allá de una niña sin mucha idea de lo que estaba haciendo, tratando de ver más allá de esos pensamientos que tanto afrontaba en ocasiones, hasta que finalmente el tiempo se acabó, Roboto salió con cierta claridad en su mente de lo que debía hacer, despidiéndose de la doctora entre el camino a la estación.
–profesor, yo… lo siento
–¿Por qué te disculpas?
–por andarle molestando tanto, se que estas ocupado a cada rato y muchas veces he llegado siendo egoísta. Pidiéndole qué me repare, comprando cosas caras que ni ocupo. Este cuerpo nuevo…
–ya sabes bien los números que gano. Realmente, el dinero es lo de menos.
–pero…
–igualmente envío una parte a mis padres, otra se va a las cosas de Hime, otra para los libros de KuKu, tú tienes los suplementos de arte y las cosas de la escuela, pero realmente y Kai… esta ahí. Y con suerte se va como un tercio de mi salario.
No te preocupes por eso –dijo el profesor acariciando la cabeza de Roboto–
–no me gusta eso…
–se me olvido –dijo el profesor–
Siguieron caminando por un instante hasta que el profesor recordó algo.
–Hifumi dijo que quería conocer a mis padres…
–¿Siquiera has hablado con ellos?
–ni saben que existes creo…–entonces…
–iras a conocerlos, tus hermanos vendrán también y Hifumi ya que estamos.
–¿no te preocupa?
–les gustara eso, igual tu tía le encantará conocerte.
–¿de la que sacaste mi voz?
–esa misma.
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ROBOTO ROBO ROBO
Ciencia FicciónConoce a Roboto, una androide con la capacidad de sentir emociones humanas y aun con las dificultades que pueda llegar a tener, ella no parara de vivir su vida como lo desea.