Aquella gran familia caminando en aquel camino de piedra después de un largo viaje en tren, el profesor adelante tomado de la mano con Hifumi tratando de mantener la calma, llegaban en frente de la gran puerta de la mansión familiar, se daba la vuelta con una expresión nerviosa y tensa quitándose la bata qué tanto había acostumbrado llevar.
-llevo sin hablar con ellos desde hace una década. Y ciertamente me estoy arrepintiendo de esa decisión en este mismo instante -dijo él espantado- solo les avise ayer que vendríamos, solo les dije que tenia una sorpresa... so, Roboto, tu vienes con nosotros dos al frente. Si tu no derrites el corazón de la vieja, me temo que no hay esperanza.
-¿hay algo que debas decirnos profesor? -preguntó Roboto-
-en resumen, no llaman nunca y estoy seguro de que tienen señal, pues lo primero que hice fue pagarles una antena de alta frecuencia.
-¿nada más?
-un par de asuntos ahí. Pero ya es cosa muerta.
En un suspiro la puerta fue empujada, pasando por la entrada tomando la mano de Roboto, con cierta seguridad, se acercaba más y más hasta que finalmente alcanzaron ver la casa, una mujer joven de cabello cenizo sentada en el porche practicando con el violín, viendo a su hermano, levantaba su mano saludándole, Roboto corrió hasta ella con emoción presentándose.
-¿tu eres... Roboto? Y esa alta de ahí atrás, HimeHime y la de lentes KuKu y ese grandote Kai...
-los tienes todos -dijo Roboto-
-no voy a olvidar nunca a mis sobrinos, si se me permite decirlo así -dijo ella viendo a su hermano- ¿es así?
-en términos legales, más o menos, Kotomi.
-y ahora que lo pienso... ¿de quien son las voces de KuKu y Hime?
-contrate actrices de voz y la de Kai.... Solo al tipo que vivía en la esquina.
-hay muchos árboles aquí -dijo Kai con poca expresión- ¿puedo dar una vuelta?
-se paciente -le dijo Hifumi-
Con un solo respiro, podía escuchar a dos personas caminando a la entrada, con poca gracia en sus rostros en aquellos kimonos costosos, se llevaban a si mismos firmes, la anciana con el abanico en mano y aun jovial, el anciano se mantenía con el seño serio.
-Magoto -dijo la abuela viendo a Roboto y después a su hijo, desplegando el abanico- cuando dijiste que ibas a tener una sorpresa no me imagine que fuera...
-primero que nada, ya se que aún tienes mala cara conmigo después de todo y es verdad, debo haber llamado...
-¿qué? -preguntó la anciana- no era eso lo que iba a decir, solo no me imaginaba que seria ella.
-de hecho -interrumpió Roboto- soy una androide
-ni se nota -dijo el anciano- ya pasen, seguro deben estar cansados por viajar tanto.
Hifumi se adelantó tratando de alcanzar a la anciana y a Kotomi con tal de hablar un rato no había mucho que pudiese hacer. Al ver que apenas se habían sentado en la sala.
-señora Goto.
-¿es mi hijo mucho para ti?
-no, eso no es, pero me sorprende se haya tomado bien lo de Roboto yo tuve problemas adaptándome a ella de primeras aún me cuesta no pensar en ella como una persona.
-solo lo considero algo maravilloso en cierto sentido, de pequeña siempre me gusto la idea de los androides, el astro chico y todo eso me fascinaba. Así que ver a mi hijo creando cosas así es fantástico. Supongo es por mi que salió como salio.
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ROBOTO ROBO ROBO
Ciencia FicciónConoce a Roboto, una androide con la capacidad de sentir emociones humanas y aun con las dificultades que pueda llegar a tener, ella no parara de vivir su vida como lo desea.