23: El trío coqueto

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—No te preocupes, ____-san, tú no molestas. Y en cuanto a Rin...se acostumbrará, no te preocupes. Seguro que no le importa que vengas.

Siendo arrastrada por Tokimitsu fui con él hasta la cafetería con Aryu detrás murmurando algo de glam que era mi pelo, mi forma de andar... Bueno, cosas que sólo él entiende.

—¿Qué hace ella aquí? —Rin me miró con mala cara al verme llegar y me dedicó la mirada más fría que había visto de su parte desde que llegué aquí.

Ni siquiera a Shidou le ha mirado así.

Auch, me dolió esa mirada, ¿esto era solo porque Sae me habló?

—Oye... ¿Estás molesto por lo que dijo Shidou de que Sae me había mandado un mensaje?

—Descubriste que él era mi hermano y quisiste acercarte a mí para que te lo presentara, ¿verdad? Pues que sepas que no lo haré.

—¿Pero qué dices, Rin?

—¿Acaso no es así?  —Rin levantó una ceja sin quitarme la mirada de encima.

Tokimitsu y Aryu se fueron, dejándome sola con el chico de ojos celestes frente a mí.

Traidores.

¡Ellos me obligaron a venir y ahora se van!

—Pues no, no es así. No me acerqué a ti por tu hermano, él sólo me parece buen jugador y bueno...sí, tal vez ses guapo pero...él no me interesa.

Claro, y por eso le tengo de fondo de pantalla.

—Ya, entiendo. ¿Y por qué te habló?

—No lo sé, ni siquiera sé qué me dijo, Shidou no me dejó mirarlo.

—Pues míralo.

—No quiero—Rin me miró sorprendido y rápidamente traté de no sonar tan borde—. Es decir, no quiero mirarlo ahora...

Rin suspiró como si yo fuera la persona más pesada con la que ha lidiado en su vida.

—Bueno.

  Había algo raro en la expresión de Rin que me hizo preocuparme y mirar el mensaje, pero cuando lo fui a coger, justamente en ese momento me di cuenta de algo.

—¡Mi móvil! No me jodas, ¿en serio se lo llevó Shidou? —pregunté buscando mi móvil.

—Si es que eres inútil incluso para darte cuenta de eso—murmuró Rin y yo le miré con los ojos entrecerrados.

—Eres muy bipolar, ¿lo sabías? Un día me ayudas con un ataque de pánico y al otro estás insultándome—me quejé mirándole y él levantó una de las comisuras de sus labios en una pequeña, casi diminuta sonrisa.

—No te he insultado.

—Me llamaste inútil.

—Eso no es insultarte.

—¿Ah, no? ¿Y qué es?

—Decirte la verdad.

Sí, me dolió.

—De verdad, eres insoportable—murmuré.

—Y aún así aquí estás, en esta mesa, conmigo.

—Estoy aquí por Tokimitsu y Aryu, no por tí, egocéntrico.

Blue Lock x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora