-Mírame a los ojos y dime que no te afecta.
-Es el orgullo ya te dije, es una simplona ¿Cómo es posible qué prefiera estar con ella para toda la vida? - se me quiebra la voz por el nudo que intento tragar.
Me jala chocándome a su pecho cubriendo mi cabeza con una mano, ya no aguanto más, me suelto a llorar.
Estoy en la tarima con botella en mano, saltando, bailando y cantando a todo pulmón, esforzándome por olvidar lo que vi en los videos.
Después de llorar, le pedí a Dan que me trajera a un lugar donde pudiéramos emborracharnos. Mi idea es llegar a ese punto de felicidad, pero no lo encuentro, entonces sigo buscando en el fondo de cada botella.
Eligió el sitio más caro, lujoso y exclusivo del lugar algo que esperaba en él, todos los medios están siempre a la espera de algo bochornoso por parte de los invitados, ya que aquí se concentran artistas, deportistas y hasta políticos.
Mientras sigo tomando, me reprocho por haberme visto tan infantil creyendo en él y por dejar que se metiera en mí, ya imagino lo tonta que me vi preguntándole por que no se acuesta conmigo.
Doy un trago largo a la botella cuando alguien rodea mi cintura replegándose a mí, de un inicio creo que es quien me trajo, pero no reconozco el aroma.
Giro para ver quien es, un completo desconocido, pero da igual, rodeo su cuello con una mano y vuelvo a tomar.
Bailamos pegados a pesar de que la música no da para eso, a lo lejos veo las cámaras del lugar enfocándonos proyectando en las mega pantallas que están en la parte alta.
Dejo que suba y baje las manos por donde quiera, intento seguir con mi vida como antes para demostrarme que nadie me tira tan fácil.
-¿Quieres que vayamos a otro lado para estar solos? -me da un beso que no me provoca nada, aun así, acepto moviendo la cabeza.
Intentamos salir de la multitud, tropiezo con todo el que está, ya comienza a hacer efecto las ocho botellas que me tome.
El chico me sujeta por la cintura y un poco más abajo para no dejarme caer, llegamos a la entrada.
-No te la puedes llevar amigo - reconozco la voz.
-Ella está de acuerdo -el extraño me suelta recargándome en la barra de recepción para poder quedarme parada.
-No la veo muy consciente, no creo que sepa qué es lo que está haciendo -Dan sigue insistiendo.
-No te metas -un empujón hace retroceder a Dan.
-No -arrastro las palabras, los dos me miran -. No.
-¿No qué? Mamita -dice el que dio el empujón.
Me sostiene de nuevo por la cintura para que no me caiga ya que cuando intento acomodarme para verlos se me zafa la mano de la barra perdiendo el equilibrio.
-Dan - apenas digo.
-Te dijo que no a ti -el chico nuevo me sostiene aun con las manos en lugares que no debería si quisiera ayudarme.
-No -boto al que me agarra-. No quiero, Dan -siento que voy a llorar.
Extiendo la mano temblorosa intentando caminar hacia él para que me rescate del idiota que asquerosamente me llamo "Mamita"
-Se va a casar -me dejo llevar por lo que siento, no puedo retenerlo -. Se supone que sería uno más y se va a casar.
Dan con un largo paso me abraza, cubriéndome la cara, el otro con un empujón nos deja después de decirme una grosería
ESTÁS LEYENDO
Perdiendo el cielo
RomanceDémoni es una chica empoderada con mucho dinero, en el último año de su carrera, tiene un carácter difícil, y pocas veces olvida. Planea una venganza por lealtad a Dan, su mejor amigo y ex pareja; contra Ángel y Ángela, la pareja de ensueño que t...